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Las leyes sobre el uso de cascos por parte de los ciclistas son clave para que los niños usen casco

La Encuesta Nacional de Salud Infantil del Hospital C.S. Mott de Niños encuentra que en las áreas donde no hay leyes que obliguen el uso de cascos, la mitad de los niños jamás usa cascos cuando andan en bicicleta

ANN ARBOR, Michigan.— Los estudios muestran que el uso de casco cuando se anda en bicicleta reduce el riesgo de muerte en más del 50 por ciento, y el riesgo de lesión cerebral en aproximadamente el 90 por ciento. Y aún así cada tres días un niño muere en Estados Unidos cuando andaba en bicicleta, y cada día por lo menos 100 niños reciben tratamiento en las salas de emergencia debido a lesiones en la cabeza relacionadas con la bicicleta.

Un informe que divulga hoy la Encuesta Nacional de Salud Infantil del Hospital C.S. Mott de Niños muestra que en las áreas donde no existen leyes para el uso de casco por parte de los ciclistas, casi la mitad de los niños, con edades entre 4 y 17 años, jamás usan casco.

“Estas estadísticas revelan la importancia que tienen las leyes para el uso de casco en la prevención de las lesiones y muertes debidas a que los niños no usan casco mientras andan en sus bicicletas”, dijo Matthew Davis, director de la Encuestra Nacional de Salud Infantil. “Y sin embargo solo veintiún estados tienen leyes para el uso de casco por parte de los niños”.

Los datos de la Dirección Nacional de Seguridad en el Tránsito de Autopistas indican que si todos los niños con edades de 4 a 15 años usasen casco cuando andan en bicicleta se evitarían 40.000 lesiones en la cabeza, y unas 50.000 lesiones del cuero cabelludo y el rostro cada año.

Si bien la encuesta muestra que el uso de casco es más común en las áreas donde existen leyes al respecto –el 54 por ciento de los padres en esas áreas informa que sus niños siempre usan un casco cuando andan en bicicleta— la encuesta también midió el conocimiento que tienen los adultos acerca de las leyes para el uso de casco en sus comunidades, y si ellos apoyarían o no tales leyes donde no existan.

El 41 por ciento de los padres y las madres indicó que no estaba seguro acerca de las leyes para el uso de casco en sus comunidades. En términos generales el 86 por ciento de los encuestados indicó que apoyaría las leyes para el uso de casco para los niños en sus comunidades.

La encuesta muestra también que existen otros impedimentos para el uso de casco en el caso de algunas familias, vivan o no en áreas donde haya tales leyes. Entre las familias que indicaron que su niño jamás usa un casco, el 32 por ciento cree que los cascos son demasiado caros. Uno de cada dos niños entre las familias de más bajos ingresos, que perciben menos de 30.000 dólares al año, nunca usa un casco.

A medida que los niños crecen la noción de sí mismos y de su imagen puede desempeñar un papel en sus decisiones acerca del uso, o no uso, de un casco. Entre los niños que jamás usan casco, el 59 por ciento de sus padres y madres declaran que a sus hijos no les gusta usar casco.

“El uso de un casco de ciclista es, esencialmente, una conducta que beneficia la salud”, dijo Davis. “No es todavía una costumbre de moda. Muchos chicos, especialmente los ya mayorcitos, sienten una tensión entre este comportamiento saludable y el que se les vea como ‘en onda’ o aceptables entre sus pares. Aquí hay un problema que tienen que encarar los que proveen cuidado de la salud y los funcionarios de salud pública para comunicar que el uso de casco es, en realidad, algo adecuado, conveniente, además de que sea saludable”.

La encuesta encontró, asimismo:

“Para incrementar el uso de casco en todo el país hay, por lo menos, tres maneras en las cuales podemos proceder. Una es que se promulguen más leyes para el uso de casco”, señaló Davis. “También hay un grupo de padres y madres que realmente quieren que sus niños usen casco, pero no pueden pagar por los cascos. Tendríamos que mejorar nuestra divulgación acerca de los programas estatales y locales, muy exitosos, que proporcionan cascos gratis o a bajo precio para los chicos. La tercera oportunidad en esto es que cambiemos cómo las familias consideran los cascos en términos de la importancia de que se usen regularmente. Esto es, quizá, lo más difícil porque se requiere que comuniquemos los beneficios de un comportamiento saludable, y de que realmente tratemos de que haya un cambio duradero en las actitudes de los padres y madres, y de la comunidad, que quizá no estén todavía muy convencidos acerca del uso de casco para ciclistas”.

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