Aproximadamente uno de cada seis pacientes padece una complicación grave de la cirugía, pero las tasas de complicación no son el mejor indicador de la calidad del hospital ANN ARBOR, Michigan.— Un estudio del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan refuta las presunciones sobre complicaciones para diferenciar entre hospitales buenos y hospitales malos. El informe que se publica este jueves en la revista New England Journal of Medicine¸ confirma que las complicaciones graves son comunes después de las intervenciones quirúrgicas mayores —afectan a uno de cada seis pacientes— pero el estudio muestra que lo que aumenta la tasa de mortalidad del hospital es el fracaso en salvar al paciente. Los hospitales con bajas tasas de mortalidad cuentan con equipos médicos que tienen la capacidad para salvar a los pacientes porque reconocen y despejan las complicaciones potencialmente catastróficas tales como las infecciones de herida profunda, la neumonía, el fallo renal, los coágulos sanguíneos y los infartos. A pesar de los mismos patrones de complicaciones, los pacientes en hospitales con altas tasas de mortalidad tienen casi dos veces más probabilidades de morir después que desarrollan una complicación post quirúrgica grave, según el estudio. Esto es un nuevo punto de vista sobre qué se define los hospitales más seguros para la cirugía. “La presunción general ha sido que los hospitales con altas tasas de mortalidad simplemente tienen tasas más altas de complicación. Nos sorprendió bastante encontrar que eso no es verdad”, dijo el autor del estudio John D. Birkmeyer, profesor de cirugía y director de investigación de resultados quirúrgicos en la Escuela de Medicina de la U. M. Birkmeyer trabajó con el residente de cirugía de la UM, Amir A. Ghaferi, el autor primero del artículo, y Justin B. Dimick, profesor asistente de cirugía en la Escuela de Medicina de la UM. “Lo que encontramos es que lo que distingue a los hospitales de alta calidad y a los hospitales de baja calidad es cual expertos y eficientes son para atender y salvar a las personas una vez que han ocurrido las complicaciones”, indicó. El estudio usó datos sobre 84.730 pacientes sometidos a cirugía general y vascular en 186 hospitales que participan en el Programa Nacional de Mejoramiento de la Calidad Quirúrgica, del Colegio de Cirujanos de Estados Unidos. “Las conclusiones nos van un sentido mucho mejor acerca de a qué debemos prestar atención si esperamos reducir las tasas de mortalidad con cirugía en los hospitales”, dijo Birkmeyer, titular de la cátedra George D. Zuidema de Cirugía en la U. M.. “En lugar de enfocarnos solamente en lo que hace el cirujano en la sala de operaciones, tenemos que prestar atención a que ocurre en las guardias y en la unidad de cuidados intensivos posteriormente”. La tasa de mortalidad en los hospitales varía desde 3,5 por ciento en los mejores hospitales hasta 6,9 por ciento en los hospitales con mortalidad muy alta. Pero el estudio mostró que no había muchas diferencias en cuántas complicaciones ocurrieron en estos hospitales. Los hospitales con tasas muy altas y los hospitales con tasas muy bajas de mortalidad tuvieron tasas similares de complicaciones mayores del 18,2 por ciento versus 21,4 por ciento. Pero en los hospitales con mortalidad baja sólo el 12,5 por ciento de los pacientes murió por esas complicaciones en tanto que en los hospitales con mortalidad alta murió por complicaciones el 21,4 por ciento de los pacientes. El estudio encontró pautas similares en los resultados de complicaciones específicas. Por ejemplo, los hospitales con alta mortalidad tuvieron tasas similares de sangramiento post operatorio comparado con otros hospitales, pero los pacientes tuvieron 50 por ciento más probabilidades de morir si ocurriese la pérdida de sangre. “Tenemos numerosas hipótesis acerca de por qué algunos hospitales pueden ser mejores que otros para salvar a los pacientes”, dijo Birkmeyer, quien es también director de cirugía bariátrica de adultos en el Sistema de Salud de la U. M.. “El reconocimiento temprano de un problema potencial es crucial, y puede estar relacionado con la calidad y la cantidad del personal de enfermería y las relaciones entre los miembros del equipo, por ejemplo si las nurses tienen temor de llamar al médico durante la noche”. Los hospitales donde se llevan a cabo operaciones quirúrgicas de alto riesgo deberían tener recursos adecuados para asegurar el tratamiento oportuno y eficaz una vez que se reconozcan las complicaciones. “Esos hospitales deberían tener médicos de guardia en el hospital las 24 horas del día, equipos de respuesta rápida, y unidades de cuidado intensivo quirúrgicas manejadas por una junta de intensivistas certificados”, dijo el coautor Dimick. Aunque las variaciones en los resultados de los hospitales con cirugía sean reconocidos por mucho tiempo, el estudio arroja una nueva luz sobre las razones por las cuales algunos hospitales tienen tasas de mortalidad más bajas y otros. “Nuestro estudio no se diseñó para identificar la ‘varita mágica’ que explique por qué algunos hospitales son más exitosos que otros en el tratamiento y la recuperación de las personas después de las complicaciones quirúrgicas. Sin embargo un paciente que necesite una intervención quirúrgica mayor debería ser cuidadoso al elegir dónde y quién llevará a cabo esa cirugía”, dijo Birkmeyer. Citación: New England Journal of Medicine, Vol. 361, No. 14, Oct. 1, 2009 Financiación: Instituto Nacional del Cáncer, Agencia para la Investigación y Calidad del Cuidado de la Salud. Contacto (español):
Vivianne Schnitzer, vsh@umich.edu
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Shantell M. Kirkendoll, smkirk@umich.edu ó Anne Rueter, arueter@umich.edu
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