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Las probabilidades de sobrevivir a un arresto cardiaco en el hogar o en el empleo no han cambiado en más de treinta años

19/11/2009


Un análisis muestra que el principal predictor de supervivencia es recuperar el pulso en el sitio

ANN ARBOR, Michiban.— Las probabilidades de sobrevivir a un arresto cardiaco que ocurra fuera del hospital no han mejorado desde la década de 1950, según un informe del sistema de Salud de la Universidad de Michigan.

El análisis muestra que sólo el 7,6 por ciento de las víctimas sobrevive a un arresto cardiaco afuera del hospital, una cifra que no se ha modificado significativamente en casi treinta años a pesar del enorme gasto volcado en la investigación cardiaca, los nuevos protocolos para el cuidado en emergencias, y el advenimiento de nuevos medicamentos y artefactos tales como los desfibriladores.

Durante el arresto cardiaco el corazón deja de latir y cada año, en Estados Unidos, unas 166.000 personas experimentan ese suceso aterrador cuando están lejos de un hospital.

Pero los médicos de la UM indican en la edición actual de la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes que hay algunos factores clave que pueden hacer la diferencia para salvar vidas cuando ocurre un arresto cardiaco en el hogar, el hotel, un restaurante o el sitio de trabajo.

“El incremento de la tasa de personas instruidas para aplicar la resucitación cardiopulmonar (RCP), una mayor información y el uso más frecuente de los artefactos que aplican choques al corazón, y el mantenimiento de paramédicos en el lugar hasta que restablezcan el pulso de una persona son aspectos que deben ocurrir si vamos a cambiar la desalentadora tasa de supervivencia”, dijo la autora principal, Comilla sasson, académica Robert Wood Johnson y médico de emergencias en el Sistema de Salud de la UM.

Según el estudio sólo una de cada diez víctimas de arresto cardiaco sobrevivirá a un arresto que haya ocurrido afuera del hospital y hasta que se le dé de alta del hospital, y sólo una de cada tres personas recibe RCP de otra persona que esté en el sitio.

Éste es el primer estudio que observó las asociaciones entre cinco variantes clínicas y la tasa general de supervivencia a un arresto cardiaco que ocurra afuera del hospital.

Las variantes estudiadas incluyeron: presencia de personal médico de emergencia cuando ocurre el incidente, RCP administrada por alguien que esté en el lugar, tipos de ritmo cardiaco —asístole (sin palpitación) versus fibrilación ventricular (rápido o cambiante), y el retorno de la circulación espontánea.

Los investigadores evaluaron los datos de 142.740 pacientes de 79 estudios publicados internacionalmente entre enero de 1950 y agosto de 2008.

Y esto es lo que encontraron:

De los más de 140.000 pacientes, sólo el 23,8 por ciento sobrevivió a la internación hospitalaria, y el 7,6 por ciento sobrevivió para ser dado de alta del hospital.

Las víctimas de arresto cardiaco que reciben RCP de otra persona que esté en el lugar o asistencia de personal de emergencias médicas, y las que tengan un ritmo cardiaco que responda al shock, llamado fibrilación ventricular, son las que tienen más probabilidades de sobrevivir.

El predictor más firme de la supervivencia fue un retorno de la circulación sanguínea espontánea, lo cual significa que se restableció el pulso en el sitio del incidente. El 15 por ciento de las personas que mostraron un restablecimiento del pulso sobrevivieron hasta ser dadas de alta del hospital.

“Nuestro estudio muestra que los pacientes con un ritmo cardiaco que responda al choque eléctrico, o que recibieron RCP de alguien que estuviese en el lugar, o aquellos cuyo pulso se restauró en el sitio, están asociados con probabilidades mucho mayores de supervivencia”, dijo asno.

En sitios como Seattle, que tiene la tasa de supervivencia a arrestos cardiacos más alta en el país, estos tres aspectos se aplican de manera excepcionalmente buena, dijo la médico. “Podemos aprender mucho de ese sistema de respuesta a emergencias”, añadió.

La falta de progreso en la supervivencia en Estados Unidos y en el exterior puede estar vinculada al envejecimiento de la población, un número más bajo de personas que se encuentran con un ritmo que responda al choque (el cual está asociado con la probabilidad más alta de supervivencia) y las rutas más largas que deben recorrer los equipos de emergencia médica debido al crecimiento de las ciudades y las congestiones del tránsito, añadieron los autores.

Si bien la tasa general de supervivencia a arrestos cardiacos ocurridos fuera del hospital no ha mejorado, el campo de la resucitación cardiaca y cerebral está evolucionando rápidamente.

La mayoría de los estudios en el análisis se condujeron antes del advenimiento de la hipotermia terapéutica, un tratamiento de enfriamiento del cuerpo que ha mostrado sus beneficios para los pacientes resucitados.

Asimismo los estudios no distinguieron entre pacientes tratados con RCP tradicional y los que recibieron RCP bajo las nuevas recomendaciones de la Asociación Cardiaca de Estados Unidos, que enfatizan las compresiones del pecho más que la respiración boca a boca.

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