Estudio identifica las largas horas de trabajo, los errores médicos, y
las variaciones genéticas como factores implicados ANN ARBOR, Michigan.—El porcentaje de médicos clínicos que están
dentro de los criterios de depresión parece aumentar
significativamente durante el internado médico, según informe
publicado hoy en Internet, que aparecerá en la edición impresa de
junio de la revista Archives of General Psychiatry, una de las
publicaciones de JAMA/Archives. El incremento de las horas trabajadas,
los errores médicos, la predisposición genética y la educación médica
en Estados Unidos se cuentan entre los factores que parecen estar
asociados con síntomas depresivos entre los médicos internos. “Sabemos que el internado es un período de mucho
estrés”, dijo Srijan Sen, profesor asistente en el Departamento de
Psiquiatría de la Escuela de Medicina en la Universidad de Michigan.
“Cuando yo hice mi internado tenía claro que aún personas que parecían
bien ajustadas durante nuestra orientación inicial empezaron a tener
dificultades a medida que progresaba el internado: no sonreían nunca,
y tenían dificultades para dormir, y perdían o aumentaban mucho peso”. Aunque algunos estudios han evaluado las tasas de
depresión entre los médicos en su internado y encontraron que tienen
índices más altos que la población en general, pocos han explorado los
factores responsables específicos. Para comprender mejor las razones detrás de lo que Sen
observó durante su internado en la Universidad de Yale, él y su colega
de internado en ese momento Constance Guille, y sus colegas estudiaron
a 740 internos que entraban en los programas de residencia en trece
hospitales de Estados Unidos en 2007 y 2008. Los participantes completaron una encuesta protegida en
Internet para la evaluación de sus síntomas de depresión, junto con
factores personales y de educación médica y varias mediciones
psicológicas. Después de tres, seis, nueve y 12 meses los internos
completaron encuestas de seguimiento relacionadas con los síntomas de
depresión, las variantes del internado (tales como las horas de
trabajo y los errores médicos percibidos) y otros factores de estrés.
Un subgrupo de participantes (el 63 por ciento) proporcionó muestras
de saliva para el análisis genético. Los puntajes promedio de depresión aumentaron durante el
internado: en una escala de cero a 27 en la cual los puntajes por
encima de 10 indicaban depresión. El puntaje promedio se incrementó de
2,4 antes del internado a 6,4 durante el internado. Además la
proporción de participantes que cumplían los criterios para un
diagnóstico de depresión subió del 3,9 por ciento antes del internado
a un promedio del 25,7 por ciento durante el internado. Una serie de factores medidos antes del internado –sexo
femenino, educación médica en EEUU, un ambiente familiar temprano
difícil, y un historial de depresión mayor y durante el internado, el
aumento de las horas de trabajo, la percepción de errores médicos y
acontecimientos estresantes en la vida- apareció vinculada con un
aumento mayor de los síntomas depresivos durante el internado, según
el estudio. Otros factores tales como la especialidad médica y la edad
no aparecieron vinculados con el desarrollo de depresión. Además de los factores del internado, los investigadores
evaluaron la configuración genética de los sujetos en una variante
bien estudiada dentro del gen transportador de serotonina llamado
5HTTLPR. Si bien los investigadores no encontraron diferencias en
cuanto a la depresión entre los participantes en el período de bajo
estrés antes del internado, los sujetos con una versión menos
funcional del gen transportador de serotonina dieron cuenta de un
incremento significativamente mayor de los síntomas depresivos durante
el internado. Este trabajo se suma a un creciente número de estudios
diseñados para identificar los factores genéticos que predisponen a
los individuos al desarrollo de depresión bajo estrés. “Con las intervenciones eficaces disponibles actualmente
para ayudar en la prevención de la depresión, los factores indicadores
identificados en este estudio permitirían que los internos en riesgo
tomen medidas antes de que empiecen a tener los síntomas para
disminuir sus posibilidades de desarrollar la depresión”, dijo Sen.
“Esta información también puede ser valiosa para los directores de
programas de residencia médica cuando procuran que sus programas sean
más saludables, tanto para los médicos en su capacitación como para
los pacientes que ellos tratan”. Contacto (español): Vivianne Schnitzer
Teléfono: 1-734-763-0368 Contacto (inglés): Jessica Soulliere
Teléfono: (734) 764-2220