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La propagación de la malaria sigue siendo un problema amenazante

27/07/2010

ANN ARBOR, Michigan.—Cada año hay cientos de millones de nuevos casos de malaria, pero gran parte de lo que los científicos creen acerca de la prevención de la propagación de la malaria en entornos urbanos está equivocado, según indica un nuevo estudio.

En un estudio reciente los factores tales como la construcción de la casa y el uso de espirales contra los insectos no fueron tan importantes como dónde las personas pasan la noche, dijo el coautor del etudio Mark Wilson, profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan. La investigación del riesgo de malaria en Kisumu, Kenia, se emprendió con el entonces estudiante doctorado José Siri, y se publicó recientemente en la revista American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.

El equipo investigador de Wilson encontró que el mayor riesgo de contraer malaria para un niño que vive en un área urbana es si el niño pasa al menos una noche por mes en un área rural. Estos niños tienen nueve veces más probabilidades de contraer malaria, dijo.

“Encontramos que factores tales como el tipo de construcción de la casa y las espirales contra mosquitos no son tan importantes, en tanto que el viaje a áreas rurales lo es”, dijo Wilson, quien es también profesor de ecología y biología evolucionaria. “Esto probablemente se relaciona con la falta de uso de mosquiteros en esas áreas rurales”. El estudio recomienda que los viajeros lleven redes para los mosquitos si viajarán de la ciudad a las áreas rurales.

“Un mensaje que puede tomarse de este estudio es que el uso de la residencia legal como referencia para localizar el riesgo puede inducir a errores”, añadió. “Esto es importante porque si la enfermedad se transmite principalmente durante la noche, uno debe considerar dónde la gente pasa la noche. Las pesonas habitualmente adquieren la infección una semana o más antes de tener los síntomas de la enfermedad”-

“Es muy importante saber dónde se origina la infección porque la única forma de interrumpir la transmisión es enfocándose en las personas y sitios de mayor riesgo. Asimismo, sin que pueda determinase dónde o cuándo la gente fue infectada uno podría estar tomando las medidas precautorias equivocadas”, dijo Wilson.

El estudio indica que se necesitan información y esfuerzos de prevención especiales para el grupo creciente de residentes urbanos que viajan a áreas rurales.

Los turistas extranjeeros corren un riesgo relativamente más bajo cuando se quedan en la ciudad porque los hoteles ya tienen rejillas en las ventanas y mosquiteros en las camas, y es muy probable que los turistas tomen medicamentos contra la malaria. Sin embargo, si emprenden una vacación más exótica o aventurada deberían asegurarse de que llevan un mosquitero con tratamiento contra los insectos.

Otros estudios acerca de los efectos de factores socioeconómicos y ambientales sobre la malaria grave muestran resultados inciertos y rara vez han evaluado los patrones de la malaria en el ambiente urbano. Wilson estudia ahora la epidemiología de la malaria urbana en Blantyre, Malawi, en claboración con otro ex estudiante doctorado Don Mathanga. Sus investigaciones, junto con la de colegas en la Universidad estatal de Michigan y otras importantes instituciones de investigación son parte de una donación de siete años, otorgada recientemente por los Institutos Nacionales de Salud para el establecimiento de un Centro Internacional de Excelencia para Investigación de la Malaria en Malawi.

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