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Una técnica de toma de imágenes del cerebro da nueva esperanza para el conocimiento del Mal de Parkinson

23/02/2011

ANN ARBOR, Michigan.— Una técnica no invasiva para la toma de imágenes del cerebro ofrece nuevas esperanzas a los pacientes que padecen de Parkinson de que se encontrarán planes de tratamiento novedosos y mejores y para el seguimiento de la progresión de la enfermedad, revela un estudio de la Universidad de Michigan.

La técnica usa una imagen por resonancia magnética (MRI por su sigla en inglés) para medir las oscilaciones de la actividad cerebral en estado de reposo, dijo Rachael Seidler, profesora asociada en la Escuela de Kinesiología y el Departamento de Psicología, que es la autora del estudio.

Las oscilaciones neurales en un estado de reposo son normales, dijo Seidler. Sin embargo, en la parte del cerebro afectada por el mal de Parkinson, llamada ganglios basales, estas oscilaciones neurales son desordenadas y se extienden a otras partes del cerebro causando problemas de cognición, memoria, movimiento y otros. Es como los círculos de ondas que se expanden en el agua de un lago y afectan toda la superficie. Hasta ahora estas oscilaciones neurales podían estudiarse solamente durante la cirugía o en animales.

Un medicamento que reduce estas oscilaciones y las perturbaciones siguientes en Parkinson es L–DOPA, dijo Seidler. Los sujetos de investigación que no habían tomado su dosis matutina de L–DOPA concurrieron dos veces para las pruebas y recibieron un placebo o L–DOPA. Cuando sus cerebros se escanearon con el MRI, las imágenes mostraron que las oscilaciones incrementadas se reducían con el L–DOPA.

"El cambio en la actividad cerebral apareció relacionado con mejorías en los síntomas cuando los pacientes tomaron el medicamento, comparado con los pacientes sin medicamento", dijo Seidler. "Por ello sostenemos que la técnica de toma de imágenes cerebrales que usaron debería ser un enfoque no invasivo beneficioso para el control del avance de la enfermedad y la evaluación de los nuevos tratamientos".

Sorprendentemente la imagen de MRI encontró que en algunos casos el L–DOPA incluso frenaba demasiado las oscilaciones, como si el lago se congelara. "En esta instancia se podría usar la imagen para un análisis volumétrico de la dosis", dijo Seidler.

El proyecto involucró cuatro departamentos diferentes.

"Ésta es una de las mejores colaboraciones", indicó Seidler. "La ingeniería biomédica ayudó con los aspectos técnicos del análisis, mientras que neurología y radiología ayudaron en el reclutamiento y examen previo de los pacientes para determinar si podrían tolerar el protocolo del medicamento. No podría haber hecho este trabajo sin ellos, y por eso para míha sido una experiencia muy excitante".

Los colaboradores del estudio son Scout Peltier del Colegio de Ingeniería de la UM; Youngbin Kwak, del Programa de Neurociencias de la UM, y Nicholaas Bohnen, Martin Muller y Praveen Dayalu, de la Escuela de Medicina de la UM.

Los pasos próximos incluirán el análisis de los mismos datos para observar el tamaño de las oscilaciones –las olas en la superficie del lago– y la forma en que el tamaño se relaciona con el desempeño cognitivo y motor de pacientes a los que se diagnosticó recientemente el Mal de Parkinson.

Contacto (español): Vivianne Schnitzer
Teléfono: 1–734–763–0368

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