ANN ARBOR, Michigan.—La creciente extrema del río Mississippi en esta primavera resultará en la mayor “zona muerta” de la que se tenga registro en el Golfo de México, según un ecólogo acuático de la Universidad de Michigan y sus colegas.
La predicción para 2011, divulgada hoy por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA por su sigla en inglés), pronostica una zona muerta en el Golfo de entre 22.014 y 24.400 kilómetros cuadrados (de 8.500 a 9.421 millas cuadradas), una superficie aproximada a la del Estado de New Hampshire.
El escenario más probable en 2011, según Donald Scavia de la UM, es una zona muerta en el Golfo de por lo menos 22.014 kilómetros cuadrados, que superará la máxima registrada hasta ahora de 21.755 kilómetros cuadrados en 2002. El promedio en los últimos cinco años ha sido de unos 15.400 kilómetros cuadrados (6.000 millas cuadradas).
“Los flujos de la corriente fueron en mayo casi el doble de lo normal y llevaron volúmenes enormes de nutrientes al Golfo y eso es lo que causa la zona muerta”, dijo Scavia, consejero especial sobre Sustentabilidad para la Presidencia de la UM, director del Instituto Graham de Sustentabilidad, y profesor en la Escuela de Recursos Naturales y Ambiente.
El agua drenada de las tierras agrícolas contiene fertilizantes y residuos del ganado, algunos de regiones tan lejanas como la Franja del Maíz, y ésa es la fuente principal del nitrógeno y el fósforo que causa anualmente la zona privada de oxígeno, o hipóxica, en el Golfo de México. Cada año al final de la primavera y en el verano, esos nutrientes fluyen por el río Mississippi hacia el Golfo donde promueven el crecimiento explosivo de las algas.
Cuando las algas mueren y se hunden las bacterias que residen en el fondo del mar descomponen la materia orgánica, un proceso que consume oxígeno. El resultado es una región donde hay escasez de oxígeno en las aguas del fondo y cercanas al fondo: la zona muerta.
Este año las tasas de flujo de corriente en los ríos Mississippi y Atchafalaya fueron casi el doble de las normales durante mayo lo cual incrementó significativamente los volúmenes de nitrógeno y de fósforo descargados por los ríos en el Golfo.
Según los cálculos del Servicio Geológico de EE.UU. en mayo de 2001 se descargaron 164.000 toneladas de nitrógeno en el norte del Golfo frente a las costas de Louisiana. El volumen de nitrógeno descargado en el Golfo durante mayo de 2011 fue un 35 por ciento mayor que las descargas de nitrógeno en mayo calculadas en los últimos 32 años.
El volumen de nitrógeno que ingresa al Golfo en cada primavera ha aumentado en alrededor del 300 por ciento desde los años 1960 debido, principalmente, al drenaje desde las tierras agrícolas, dijo Scavia.
“Sí, el volumen de las aguas durante las crecientes importa, pero el problema real es que hay muchísimo más nitrógeno en el sistema ahora que en los años sesenta”, indicó. El modelo computarizado de Scavia indica que si las crecientes actuales contuvieran el nivel de nitrógeno de la última inundación de magnitud similar en 1973, la zona muerta previsible sería de 15.020 kilómetros cuadrados en lugar de más de 22.000 kilómetros cuadrados.
“El crecimiento de estas zonas muertas es una bomba ecológica de tiempo ”, dijo Scavia. “Sin esfuerzos locales, regionales y nacionales resueltos a controlarlas estamos poniendo en peligro grandes pesquerías”.
La Fuerza de Tareas sobre la Descarga de Aguas del Río Mississippi en el Golfo de México se ha propuesto reducir el tamaño de la zona muerta a unos 4.920 kilómetros cuadrados (1.900 millas cuadradas).
El valor en muelle de la pesca comercial del Golfo, en 2009, fue de 629 millones de dólares. Casi tres millones de pescadores aficionados, por su parte, contribuyen más de 1.000 millones de dólares a la economía del Golfo con sus 22 millones de incursiones de pesca.
El equipo de investigación de la hipoxia en el Golfo tiene el apoyo del Centro de NOAA para la Investigación de Costa Oceánica e incluye a científicos de la Universidad de Michigan, la Universidad estatal de Louisiana y el Consorcio de Universidades Marinas de Louisiana. NOAA ha financiado las investigaciones y el desarrollo de los pronósticos para la zona muerta del Golfo de México desde 1990.
“Si bien hay cierta incertidumbre acerca del tamaño, la posición y las fechas en que ocurrirá este año la zona hipóxica en el Golfo, los modelos de pronóstico coinciden todos en que la hipoxia será más grande que lo visto, típicamente, en años recientes”, dijo la administradora de NOAA, jane Lubchenco.
El tamaño real de la zona hipóxica del Golfo en 2011 se anunciará después de un estudio de observación, sustentado por NOAA, y encabezado por el Consorcio de Universidades Marinas de Louisiana entre el 25 de julio y el 2 de agosto.
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