Se inicia el proyecto cuando el Fondo Prechter cumple diez años en la búsqueda de una cura ANN ARBOR, Michigan.— Las nuevas cepas de células madre desarrolladas a partir de la piel de adultos afectados por el trastorno bipolar proporcionan a los investigadores en el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan una oportunidad, sin precedentes, para estudiar a fondo los componentes genéticos y biológicos de ese devastador trastorno de los estados de ánimo. Los científicos podrán vincular los descubrimientos –por ejemplo cómo la expresión de genes resulta afectada por los diferentes medicamentos—con amplios datos clínicos y demográficos de los donantes de células quienes participan, asimismo, en un estudio a largo plazo de cientos de individuos con el trastorno bipolar. Esta nueva investigación avanza al tiempo que el Fondo Heinz C. Prechter de Investigación Bipolar, que funciona en el Centro de Depresión de la UM, se apresta a marcar el décimo aniversario de su establecimiento por parte de Waltraud “Wally” Prechter, tras la muerte en julio de 2001 de su esposo Henz. Antes de que Heinz se suicidara pocas personas sabían que el conocido empresario de la industria del automóvil sufría el trastorno bipolar. “Los mejores tratamientos actuales para el trastorno bipolar son eficaces en solo el 30 al 50 por ciento de los pacientes”, dijo Melvin McInnis, titular de la cátedra Thomas B and Nancy Upjohn Woodworth de Transtorno Bipolar en la Escuela de Medicina de la UM, y director asociado del Centro de Depresión de la UM. “Los nuevos descubrimientos han sido limitados, en parte debido a la falta de acceso a tejido y células de los individuos con trastorno bipolar. Pero eso está cambiando como consecuencia del programa Prechter de investigación y la investigación en las células madre”. Las nuevas cepas de células madre, que se cuentan entre las primeras creadas por el Consorcio de Terapias de Células Madre del Instituto A. Alfred Taubman de Investigación Médica, proceden de fibroblastos de muestras de piel donadas por voluntarios adultos en la investigación, tanto con como sin el trastorno bipolar. En el laboratorio, los científicos estimulan estas células de piel para que se comporten como células madre obtenidas de embriones. Conocidas como células madre ploripotentes inducidas, o iPSC por su nombre en inglés, éstas a su vez pueden ser manipuladas para que se desarrollen como diferentes tipos de células del cuerpo, incluidas las células cerebrales. “Seremos capaces de ver si hay diferencias en la forma en que las neuronas de una persona con trastorno bipolar hacen conexiones, determinar cómo responden a los diferentes medicamentos, y explorar posibles deficiencias en las sendas de señalización”, explicó Sue O’Shea, profesora de biología de células y desarrollo en la Escuela de Medicina, quien encabeza el laboratorio de células madre junto con el profesor de obstetricia y ginecología Gary Smith. Hasta ahora se han creado cinco cepas. La meta, dijo O’Shea, es desarrollar treinta cepas de células madre, veinte de personas con trastorno bipolar y diez de individuos de control. La creación de cada cepa es un proceso complejo y caro. “A menudo pensamos en el uso de las células madre como terapias para el tratamiento de enfermedades pero éste es un buen ejemplo de la utilidad de las células madre para el estudio de los mecanismos de la enfermedad”, dijo O’Shea. “Las células iPS se renuevan a sí mismas, de manera que son una fuente ilimitada de material y ofrecen esperanzas para las personas con el trastorno bipolar”. Pero los investigadores advierten que los nuevos tratamientos que puedan derivarse de este trabajo demorarán una década o más en estar disponibles. El trastorno bipolar, conocido antes como condición maníaco depresiva, afecta a unos 5,7 millones de adultos en Estados Unidos. El trastorno es resultado de desequilibrios químicos en el cerebro y se caracteriza por cambios significativos en los estados de ánimo, pensamientos, niveles de energía y comportamiento. Dado que el trastorno bipolar se transmite dentro de la familia, la investigación en la UM se ha enfocado en el estudio de genes de la enfermedad. No hay un gene único que “cause” el trastorno bipolar pero la enfermedad tiene sus raíces en vulnerabilidades genéticas. El Archivo Bipolar Genético Prechter alberga ya más de 1.500 muestras genéticas de personas con trastorno bipolar e individuos sanos, que sirven de control, procedentes de estudios en la UM junto con sitios que colaboran en las universidades John Hopkins, Stanford, Cornell y la estatal de Pennsylvania. Es el primer archivo bipolar genético financiado independientemente en el país. Además de compartir el conocimiento entre las diferentes universidades estarán a disposición de científicos de todo el mundo muestras confidenciales de ácido desoxirribonucleico codificadas a fin de acelerar y compartir los avances clínicos en la evaluación y el tratamiento del trastorno bipolar. El estudio longitudinal Prechter ya ha coleccionado datos que equivalen a más de cinco años de trabajo. | “Estoy realmente orgullosa de que en los últimos diez años el legado de mi esposo haya crecido hasta incluir estos avances que estamos logrando para entender el trastorno bipolar y hallar nuevos tratamientos”, dijo Wally Prechter. “El trastorno bipolar es como cualquier otra enfermedad, como el cáncer, la diabetes, los males cardiacos, y merece la misma urgencia”. La falta de un tratamiento eficaz es la razón principal del elevado riesgo de suicidio o intentos de suicidio entre las personas que sufren el trastorno bipolar, dijo McInnis. Entre el cinco y el diez por ciento de los pacientes con trastorno bipolar intenta cometer suicidio alguna vez en sus vidas. La depresión causada por el trastorno bipolar de Heinz Prechter afectó a toda su persona, dijo Wally Prechter. “A veces estaba extremadamente exuberante y feliz, y muy, muy optimista al punto que yo pensaba ‘Oh, jamás he conocido a una persona así’. Pero luego caía en la depresión al punto en que se quedaba en la casa, sentado en una silla y mirando el río”, añadió. La memoria de la forma en que su esposo, un hombre brillante, quedaba reducido al punto en que era incapaz de decir a alguien lo que le ocurría sigue motivando el esfuerzo de Wally Prechter. La ejecutiva principal y vicepresidente ejecutiva para asuntos médicos del Sistema de Salud de la UM, Ora Hirsch Pescovitz, señala la investigación como un gran ejemplo de los avances que pueden lograrse cuando las instituciones públicas y los donantes privados colaboran en una investigación que beneficia al público. “La investigación Prechter muestra cómo seguimos promoviendo la innovación mediante colaboraciones que realzan nuestro compromiso con los avances médicos desde el laboratorio a la cama del hospital”, dijo Pescovitz. “Somos muy afortunados de tener a Wally y su familia como parte de nuestra familia de Michigan”. Por más información vea: The Prechter Fund Centro para Depresión U-M Contacto (español): Vivianne Schnitzer
Teléfono: 1–734–763–0368 Contacto (inglés): Ian Demsky
Teléfono: (734) 764-2220