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ANN ARBOR, Michigan.— Andrew McCarthy no sabía coser hace apenas cinco semanas. Pero eso no impidió que el estudiante de posgrado de ingeniería de la Universidad de Michigan hiciera puntada a puntada su propia tienda para su proyecto de tesis.
Ahora McCarthy planifica poner la tienda en la prueba última: va a dormir en ella mientras asciende el Aconcagua, la montaña más alta de las Américas.
El proyecto de tienda de McCathy no se trata sólo de ganar una buena nota en la clase. Se trata de la supervivencia. Los vientos podrían destrozar el refugio en el medio de la noche si la tienda no está bien construida. Cada año mueren escaladores en las montañas.
Pero McCarthy confía en su creación.
“Pienso que tiene muy buenas probabilidades”, dijo. “Es una carpa muy fuerte”.
McCarthy viajó a América del sur el domingo pasado y pasará un par de días escalando la montaña en el oeste de Argentina. Si la expedición transcurre de acuerdo con lo planificado McCarthy espera que llegará a la cima del Aconcagua –cuyo nombre significa “el centinela de piedra”—en uno de los tres últimos días de febrero.
El estudiante de segundo año de Grand Rapids, Michigan, dijo que por mucho tiempo le han interesado las viviendas de los nómades y la arquitectura para ambientes extremos.
“Quise hacer una tienda específicamente para las dimensiones de mi cuerpo, algo que yo puedo diseñar, construir y vivir en ella”, dijo.
Uno de los aspectos más notables de la tienda de McCarthy es cuán rápido pudo diseñarla y construirla. El proyecto comenzó en enero, durante la primera semana del semestre cuando McCarthy dijo a uno de sus consejeros, el profesor Shaun Jackson, que quería construir una carpa para climas extremos.
“Se impuso un cronograma tan breve que no creí que fuera posible que él completara la tienda antes de la fecha fijada para su partida”, dijo Jackson. “Pero trabajó sin pausas, quedándose levantado hasta tarde noche tras noche. Hizo un trabajo brillante con el manejo de su tiempo”. Jackson tiene su propia firma de diseños con una lista de clientes que incluye L.L Bean, Patagonia y Eddie Bauer.
McCarthy documentó su proyecto en su blog http://abletoinhabit.com/, y espera actualizarlo durante su expedición en la medida que sea posible.
El cronograma tan ajustado no le dio tiempo suficiente para la invención de un nuevo tipo de tienda o para la introducción de materiales nuevos. Tan sólo la construcción de una carpa por primera vez ya fue un reto enorme. La geometría es compleja y el material de nylon resistente a las rajaduras debe tener la medida correcta de tensión uniforme al estirarse sobre los postes que forman el marco.
“Los ventiletes y las puertas fueron realmente difíciles”, dijo. “Me tomó un par de días para pensar cómo lo haría”.
Si los paneles y las otras partes no están cortados con precisión la carpa se enrolla sobre los postes como una bolsa. Cuando los ululantes vientos helados de la montaña soplan la tienda podría salir volando.
McCarthy probó un modelo de tienda, con la mitad del tamaño, en un túnel aerodinámico y la estructura pudo soportar vientos de 96,5 a 128,7 kilómetros por hora antes de que empezara a rajarse. La tienda se rasgó completamente cuando se elevó el viento a 196,3 kilómetros por hora.
Si los vientos rajan y despedazan la tienda sobre el Aconcagua, McCarthy tiene la esperanza de que podrá refugiarse en otra carpa con su expedición que incluye otros nueve escaladores y dos guías.
McCarthy ya ha escalado hasta la cumbre del Kilimanjaro en África y montañas en los Antes y glaciares en Islandia.
Aunque tuvo que poner largas horas en su estudio construyendo su tienda McCarthy encontró tiempo para un riguroso régimen de entrenamiento físico.