Noticias

Un estudio de murciélagos vampiro en Perú puede conducir a estrategias más eficaces para el control de la rabia

13/06/2012

ANN ARBOR, Michigan.— Un nuevo estudio de la rabia en los murciélagos vampiro de Perú ha encontrado que la matanza selectiva de murciélagos –una estrategia común en el control de la rabia—no reduce las tasas de exposición a la rabia en las colonias de murciélagos y podría ser, aún, contraproducente.

Las conclusiones podrían, eventualmente, llevar a que las autoridades de salud pública y de agricultura en Perú desarrollen métodos más eficaces para prevenir las infecciones de rabia en los humanos y el ganado, según un equipo de científicos de Estados Unidos y Perú encabezado por Daniel Streicker, de la Escuela Odum de Ecología en la Universidad de Georgia.

El estudio se publica esta semana en la revista Proceedings of the Royal society B. El equipo investigador incluye a Pejman Rohani, un ecólogo de población en la Universidad de Michigan.

“Nuestro artículo representa un avance significativo en el estudio de una clase importante de enfermedades infecciosas en un contexto donde el impacto sobre el ganado y el efecto sobre los humanos son sustanciales”, dijo Rohani, profesor de ecología y biología evolucionaria, profesor de sistemas complejos, y profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la UM.

La hidrofobia es un problema grave en América del Sur. Cada vez se reconocen más muertes humanas por esta enfermedad en la selva tropical de Amazonasy cada año mueren miles de cabezas de ganado. Si bien la rabia está presente en la mayoría de las poblaciones de murciélagos de América del Sur, los murciélagos vampiro –la única especie de murciélagos que se alimenta con la sangre de mamíferos—son responsables por la mayoría de las infecciones en humanos y el ganado. La extensión de la ganadería y los asentamientos humanos en áreas donde existen poblaciones de murciélagos vampiro ha agravado el problema.

Desde los años 1970 los esfuerzos para controlar la propagación de la rabia en Perú se han enfocado en la matanza selectiva de los murciélagos vampiro con el uso de veneno y aún explosivos, en el supuesto de que si se pudiera reducir lo suficiente el tamaño de la colonia de murciélagos el virus de la rabia en esa colonia desaparecería. Streicker y sus colegas se propusieron determinar si esto era cierto. También querían saber cómo los impactos de las actividades humanas, tales como la agricultura y las prácticas de matanza selectiva, afectan al sistema de de la entre los murciélago vampiro.

Los investigadores establecieron veinte sitios de muestreo en todo Perú, donde tomaron repetidas muestras de sangre de los murciélagos vampiro a lo largo de más de cuarenta meses. También recolectaron datos sobre el tamaño de las colonias de murciélagos –que van desde 16 a 444 individuos—y asimismo el tamaño de la población local de ganado y cuán a menudo se procede a la matanza selectiva de murciélagos, si es que se realiza, en cada sitio.

Lo que encontraron les sorprendió. El virus estaba presente en cada una de las colonias, independientemente de su tamaño, casi cada vez que tomaron las muestras.

“Encontramos que hay rabia sea cuales sean las condiciones, y que el tamaño de la colonia de murciélagos no sirve para predecir la proporción de murciélagos expuestos al virus”, dijo Streicker. “Esto es importante porque, si no hay relación entre la densidad de población de murciélagos y la rabia, entonces la reducción de la población de murciélagos no disminuirá la transmisión de la rabia entre los murciélagos”.

Cuando los investigadores observaron el efecto de la matanza selectiva de murciélagos vampiro sobre la prevalencia de la rabia, tuvieron otra sorpresa.

“Detectamos algo que es un poquito más preocupante”, declaró Streicker. “En las áreas donde, esporádicamente, se llevó a cabo la matanza selectiva durante el curso del estudio, vimos un incremento en la proporción de murciélagos expuestos a la rabia”.

Las colonias donde se efectuaban regularmente las matanzas selectivas mostraban tasas levemente más bajas de exposición a la rabia y las colonias donde jamás se había hecho una matanza selectiva mostraron las tasas de exposición más bajas.

“Lo siguiente fue entender los mecanismos por los cuales esto ocurre”, agregó.

Los investigadores bosquejaron varias teorías para explicar las tasas más altas de exposición a la rabia en las colonias donde la matanza selectiva era esporádica. La mayor parte de esta matanza se lleva a cabo untando una pasta anticoagulante en los murciélagos capturados que luego se liberan. Cuando los otros murciélagos que comparten la guarida acicalan al animal tratado, ingieren la pasta y mueren. Este efecto “vampiricida” es eficaz para matar a los murciélagos adultos pero quizá no a los más jóvenes que son menos propensos a acicalar a los murciélagos adultos.

Streicker espera que el conocimiento ganado por el equipo investigador, que seguirá trabajando por otros dos años, ayudará a que las autoridades de salud pública y agricultura de Perú pongan en práctica estrategias con sustento científico en su esfuerzo para controlar la rabia.

“Estamos en la etapa de comienzo”, dijo. “Nuestra meta final es combinar la observación en el terreno, los modelos matemáticos y los estudios genéticos para entender cómo las actividades humanas afectan la transmisión de una enfermedad de la vida silvestre que también puede infectar a los humanos y los animales domesticados, con la precisión suficiente como para que podamos dar asesoramiento a quienes manejan los programas”.

Rohani añadió que “la emergencia entre los humanos de varias enfermedades zoonóticas altamente virulentas, incluido SARS, la encefalitis Nipah, y las fiebres hemorrágicas Ebola y Marburg, han revelado a los murciélagos como una fuente importante de infección para los humanos y los animales domesticados. Además estos acontecimientos de emergencia han develado huecos fundamentales en nuestra comprensión de la transmisión de los virus y las poblaciones de murciélagos silvestres”.

Además de Streicker y Rohani los autores del artículo son Sergio Recuenco, Joel Montgomery y Charles E. Rupprecht de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU; William Valderrama, del Ministerio de Agricultura de Perú; Jorge Gómez Benavides e Iván Vargas del Ministerio de Salud de Perú; Víctor Pacheco de la Universidad Nacional de San Marcos, Perú; René E. Condori Condori de la Escuela Odum de Ecología y los CDC, y Sonia Altizer de la Escuela Odum de Ecología de la Universidad de Georgia.

La financiación provino del Comité de Investigación y Exploración de National Geographic, la Sociedad Filosófica Estadounidense, la Universidad de Georgia, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, y la Fundación Nacional de Ciencia.

Archivado En:
,