ANN ARBOR, Michigan.— Como resultado de una primavera sin lluvias en vastas porciones del Medio Oeste se espera que este año la “zona muerta” en el Golfo de México sea la segunda más pequeña registrada, según un pronóstico de la Universidad de Michigan, UM divulgado hoy, jueves.
El pronóstico de la UM apunta a una zona muerta del Golfo de México en 2012 de unos 3.100 kilómetros cuadrados, un área equivalente al Estado de Rhode Island. Si el pronóstico es acertado, 2012 reemplazará al año 2000 (4.392 kilómetros cuadrados) como el año con la segunda zona muerta más pequeña en el Golfo. La zona hipóxica –o deficiente en oxígeno- más pequeña en el Golfo se registró en 1988.
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“Si bien es alentador que el pronóstico de este año para el Golfo apunte a una reducción significativa del tamaño de la zona muerta, debemos tener en mente que la reducción anticipada se debe, principalmente, a una disminución en la precipitación pluvial en el Medio Oeste norteño y, como consecuencia, un flujo reducido de agua hacia el Golfo”, dijo el ecólogo acuático Donald Scavia, quien encabeza el equipo de pronosticadores de la UM.
“La disminución pronosticada de la zona muerta en el año 2012 no resulta de reducciones en el uso de nitrógeno, que sigue siendo uno de los promotores clave de la hipoxia en el Golfo”, dijo Scavia., director del Instituto Graham de Sostenibilidad, que además es asesor especial del presidente de la UM para sostenibilidad, y profesor en la Escuela de Recursos Naturales y del Medio Ambiente.
La predicción de la UM es uno de los dos pronósticos para la zona muerta del Golfo divulgados hoy por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera –NOAA por su sigla en inglés- que financia la investigación. El otro equipo apoyado por NOAA, el Consorcio Marino de Universidades de Louisiana y la Universidad estatal de Louisiana, calcula que la zona muerta del Golfo en 2012 cubrirá 16.100 kilómetros cuadrados.
El modelo de pronóstico de Michigan se apoya exclusivamente en los aportes de nutrientes de la primavera de 2012 en el río Mississippi, que son significativamente más bajos que el promedio debido a las condiciones de sequía en gran parte de la cuenca fluvial. El modelo de pronóstico de la Universidad estatal de Louisiana toma en cuenta la carga de nutrientes por encima de lo normal del año pasado, la cual según indican los investigadores de Louisiana puede permanecer en los sedimentos del fondo y pueden resultar en un “efecto retardado” que aumente el tamaño de la zona muerta en 2012.
El año pasado la zona muerta en el Golfo midió 17.520 kilómetros cuadrados. La zona hipóxica más grande del Golfo medida hasta la fecha ocurrió en 2002 y cubrió más de 21.755 kilómetros cuadrados. La zona muerta del Golfo ha tenido un promedio de alrededor de 15.540 kilómetros cuadrados en los últimos cinco años.
Este año, por primera vez, el equipo de Scavia en la UM ha sido capaz de pronosticar el volumen de agua hipóxica contenida en la zona muerta. El escenario más probable para 2012 corresponde a un volumen de 10,8 kilómetros cúbicos, según el equipo de la UM.
Scavia también entregó hoy su pronóstico anual acerca de la zona muerta de la Bahía Chesapeake, que prevé una zona muerta promedio este año en la bahía, con una reducción significativa desde el verano pasado cuando alcanzó una extensión récord.
“Estas zonas muertas son bombas ecológicas de tiempo”, dijo. “Sin esfuerzos determinados, a nivel local, regional y nacional para controlar las cargas de nutrientes, seguimos poniendo en peligro las grandes pesquerías”.
En 2009 el valor en muelle de las pesquerías comerciales del Golfo de México fue de 629 millones de dólares. Casi tres millones de pescadores deportivos contribuyeron además más de 1.000 millones de dólares a la economía del Golfo con 22 millones de excursiones de pesca.
El drenaje de las tierras de cultivo que contiene fertilizantes y residuos del ganado –desde sitios tan lejanos como la Franja del Maíz- es la fuente principal del nitrógeno y el fósforo que causan la zona hipóxica anual en el Golfo de México. Cada año al final de la primavera y del verano estos nutrientes fluyen en el río Mississippi y llegan al Golfo alimentando el crecimiento explosivo de las algas.
Cuando las algas mueren y se hunden las bacterias que vive en el fondo marino descomponen la materia orgánica y, en el proceso, consumen oxígeno. El resultado es una región deficiente en oxígeno en el fondo y cerca del fondo de las aguas: la zona muerta.
“El pronóstico es un buen ejemplo de la colaboración de NOAA, USGS y las universidades para la producción de pronósticos ecológicos que cuantifiquen las vinculaciones entre la cuenca fluvial y la costa”, dijo la administradora de NOAA, Jane Lubchenco.
“Si bien la ocurrencia de un año de flujo bajo después de un año con grandes inundaciones nos ayudará a evaluar cualquier efecto retardado de los años anteriores, no debemos perder de vista la necesidad constante de reducir el flujo de nutrientes al río Mississippi y al Golfo”, añadió Lubhenco.
Según los cálculos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGG por su sigla en inglés), los ríos Mississippi y Atchafalaya transportaron 58.100 toneladas de nitrógeno (en forma de nitrato y nitrito) al norte del Golfo en mayo de 2012, un volumen 56 por ciento inferior al promedio de cargas de nitrógeno en mayo calculadas en los últimos treinta y tres años.
“Estos pronósticos son producto de décadas de investigación, observación y modelos sobre cómo las decisiones que tomamos en la vasta cuenca de drenaje del Mississippi y sus tributarios se traduce en la salud de la zona costera del Golfo de México”, dijo la directora del USGG, Marcia McNutt. “La comparación de la zona hipóxica real con los pronósticos ayudara a que los científicos comprendan mejor la memoria sobre varios años de este complejo sistema de tierra y agua, y en última instancia dará más información para las opciones en el mejoramiento de productividad de los ecosistemas”, dijo McNutt.
A unos 1.600 kilómetros al nordeste del Golfo de México, en la Bahía de Chesapeake se espera que la zona hipóxica de este año mida 6,25 kilómetros cúbicos, dijo Scavia. Esto es cercano al promedio si se le compara con los volúmenes desde 2000 pero es mucho más pequeño que la marca récord del año pasado de 11,4 kilómetros cúbicos, la cual se debió a las tormentas de primavera que arrastraron grandes cantidades de nutrientes a los ríos que nutren la Bahía.
En lo que va de 2012 las precipitaciones pluviales en la cuenca fluvial de la Bahía Chesapeake han sido del 50% al 75% de los niveles normales, dijo Scavia.
El tamaño actual de la zona hipóxica de 2012 en el Golfo se anunciará después de una encuesta de observación apoyada por NOAA y encabezada por el Consorcio Marino de Universidades de Louisiana entre el 27 de julio y el 3 de agosto.
El volumen de nitrógeno que ingresa al Golfo de México en cada primavera ha crecido en alrededor de un 300 por ciento desde la década de 1960, debido principalmente al drenaje creciente de residuos de la agricultura. La Fuerza de Tareas sobre Nutrientes en la Cuenca del Río Mississippi y el Golfo de México se ha puesto como meta de largo plazo una extensión de 4.900 kilómetros cuadrados para la zona muerta del Golfo.
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