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Poco probable que cambio climático cause a corto plazo extinción de árboles en la Amazonia

13 Diciembre 2012

ANN ARBOR, Michigan.— Un nuevo análisis genético ha demostrado que muchas especies de árboles de la Amazonia probablemente sobrevivirán al cambio climático causado por los humanos en el próximo siglo, lo cual contraría las conclusiones anteriores según las cuales los aumentos de temperatura harán que mueran.

Sin embargo los autores del nuevo estudio advierten que las sequías extremas y las quemas de foresta tendrán un impacto en la Amazonia a medida que suban las temperaturas, y que la explotación excesiva de los recursos de la región sigue siendo una gran amenaza para su futuro. La política de conservación para la amazonia debería seguir enfocada en la reducción de las emisiones de gas que causan el efecto invernadero, y en la prevención de la deforestación, añadieron los investigadores.

El estudio del biólogo evolucionario de la Universidad de Michigan, Christopher Dick y sus colaboradores demuestra la edad sorprendente de algunas especies de árboles de la Amazonia –más de ocho millones de años- y sobre esa base muestra que han sobrevivido a períodos previos de calentamiento similares a los escenarios de calentamiento global pronosticados para el año 2100.

El artículo se publica en Internet el 13 de diciembre en la revista Ecology and Evolution. El nuevo estudio contraría a otros estudios anteriores, que se sustentan en escenarios de modelo de nichos, y que pronostican la extinción de especies de árboles como resultado de incrementos relativamente menores en las temperaturas promedio globales del aire.

“Nuestro estudio proporciona pruebas de que algunas especies comunes de árboles de la Amazonia han soportado climas más cálidos que el actual, y eso implica que, en ausencia de algún otro cambio ambiental mayor, podrían tolerar a corto plazo el calentamiento en el marco del cambio climático”, dijo Dick, profesor asociado de ecología y biología evolucionaria y director interino del Herbarium de la UM.

Pero el coautor del estudio, Simon lewis, del Colegio University London y la Universidad de Leeds advirtió que “el pasado no puede comprararse directamente con el futuro.

“Si bien parece que las especies de árboles puedan tolerar temperaturas del aire más altas que las actuales, se está transformando la jungla amazónica en tierras para la agricultura y la minería, y lo que queda está siendo fragmentado por las autopistas y los campos de cultivo”, dijo Lewis. “Las especies no se mueven ahora en la Amazonia con la misma libertad que lo hicieron en previos períodos más cálidos, cuando no había influencia humana. Igualmente el cambio climático del presente es extremadamente rápido lo cual hace difícil las comparaciones con el pasado”.

“Con una comprensión más clara de los riesgos relativos para la foresta amazónica concluimos que los impactos humanos directos, tales como la deforestación para la agricultura o la minería, deben seguir siendo un foco de atención de la política de conservación”, añadió Lewis. “Asimismo necesitamos una acción más agresiva para reducir las emisiones de los gases que causan el efecto invernadero a fin de minimizar el riesgo de impactos por sequías e incendios a fin de asegurar el futuro de las especies de árboles de la Amazonia”.

Dick y sus colegas usaron un enfoque de reloj molecular para determinar las edades de 12 especies extendidas de árboles amazónicos, incluido kapok y balsa. Luego observaron los acontecimientos climáticos que han ocurrido desde que emergieron esas tres especies. En general infirieron que cuanto más antigua era la especie de árbol, más cálido ha sido el clima al que ha sobrevivido.

Los investigadores determinaron que nueve de las especies de árboles han existido por al menos 2,6 millones de años, siete han estado presentes al menos por 5,6 millones de años y tres han existido en la Amazonia por más de 8 millones de años.

“Éstas son antigüedades sorprendentes”, dijo Dick. “Los estudios anteriores habían indicado que la mayoría de las especies de árboles de la Amazonia podría haberse originado durante el período cuaternario, esto es desde hace unos 2,6 millones de años hasta el presente”.

Las temperaturas del aire en la Amazonia en la época del plioceno temprano (de 3,6 millones a 5 millones de años atrás) fueron similares a las proyecciones del Comité Intergubernamental sobre Cambio Climático para esa región en 2100, usando escenarios moderados de emisión de carbono. Las temperaturas en la época del mioceno tardío (de 5,3 millones a 11,5 millones de años) fueron aproximadamente las mismas que el Comité proyecta para la región hacia 2100 usando los escenarios más altos de emisión de carbono.

Las 12 especies de árboles usadas en el estudio son ampliamente representativas de la flora arbórea de la Amazonia. Los sitios principales de colección en la foresta fueron en la región central de Panamá, el oeste de Ecuador y la Amazonia ecuatoriana. Hubo recolecciones adicionales en Brasil, Perú, Guayana francesa, y Bolivia. Otras muestras de plantas se obtuvieron de especimenes en el herbario.

“La conclusión más firme de nuestro estudio puede ser el descubrimiento de la variación geográfica antigua dentro de especies muy extendidas, lo cual indica que muchas especies de árboles en la jungla tropical estaban ampliamente distribuidas antes del levantamiento mayor del norte de los Andes”, dijo el coautor Eldredge Birmingham del Instituto Smithsonian de Investigación Tropical.

Para determinar la edad de cada especie de árboles los investigadores extrajeron e hicieron la serie del ácido desoxirribonucleico (ADN) de las muestras de plantas, y luego observaron el número de mutaciones genéticas contenidas en tales secuencias. Usando un enfoque de reloj molecular y modelos genéticos de población calcularon cuánto tiempo se necesitaría para que cada una de las poblaciones de árboles acumulara el número observado de mutaciones, lo cual suministró una edad mínima para cada especie.

“Algo importante a tener en cuenta es que porque hemos estado en un período frío a lo largo de los últimos dos millones de años –básicamente todo el período cuaternario- pueden haberse perdido algunas de las adaptaciones de los árboles para la tolerancia del calor”, dijo Dick. “Es necesaria más investigación para probar si esto ha ocurrido”.

El artículo en Ecology and Evolution se titula “Neogene origins and implied warmth tolerante of Amazon tree species”. Además de Dick Bermingham y Lesis otro co autor es Mark Maslin de la Universidad College London. El apoyo financiero para la investigación lo proporcionaron el Instituto Smithsonian de Investigación Tropical, la Universidad de Michigan, la Fundación Nacional de Ciencias y la Sociedad Real.

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