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ANN ARBOR, Michigan.—Los mexicano-estadounidenses sufren más secuelas por infartos cerebrales que los blancos no hispanos pero sobreviven más tiempo. La nueva investigación realizada por la Universidad de Michigan, UM, indica que los mexicano-estadounidenses tienen peores resultados neurológicos, funcionales y cognitivos noventa días después de un infarto comparados con los blancos no hispanos.
Aunque esta población tiene un riesgo mayor de infarto también tiene menos probabilidades de morir a consecuencia de un infarto, lo cual señala que la supervivencia prolongada se hace a costo de una mayor discapacidad.
“Lo más notable que encontramos fue la diferencia en el resultado funcional”, dijo Lynda Lisabeth, autora principal del estudio y profesora asociada de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la UM. “Los mexicano estadounidenses tuvieron un desempeño peor en todas las mediciones de las actividades de la vida cotidiana comparados con los blancos no hispanos”.
El estudio se publica en la revista Stroke de la Asociación Cardiaca Estadounidense. Entre las conclusiones:
–Los mexicano estadounidenses mostraron discapacidad funcional moderada y casi uno de cada tres tenía demencia después del infarto.
–Los mexicano estadounidenses tuvieron un puntaje de resultado neurológico un 48 por ciento peor comparados con los blancos no hispanos en la Escala de Infarto de los Institutos Nacionales de Salud. También tuvieron puntajes peores en la disfunción de lenguaje y otros aspectos varios de esta escala.
–Los mexicano estadounidenses tuvieron resultados cognitivos peores en el Examen de Estado Mini Mental Modificado.
Los participantes en el estudio procedieron de la Encuesta de Ataque Cerebral en el proyecto Corpus Christi conducido en una comunidad no inmigrante del sur de Texas.
Los investigadores evaluaron los resultados neurológicos de 513 personas, el resultado funcional de 510 personas y los efectos cognitivos en 415 personas (el 64 por ciento era mexicano estadounidense).
Los sobrevivientes de infarto mexicano estadounidenses eran más jóvenes con una edad media de 65 años comparada con una media de 72 años para los blancos no hispanos. Aproximadamente la mitad de las personas en el estudio eran mujeres.
Lisabeth y sus colegas analizaron el resultado funcional mediante el puntaje de actividades de la vida cotidiana (ADL por su sigla en inglés) y el puntaje de actividades instrumentales de la vida cotidiana (IADL). El puntaje ADL mide siete actividades funcionales: caminar, bañarse, comer, vestirse, movilizarse y el uso de los servicios higiénicos. El puntaje IADL incluye quince preguntas relacionadas con el funcionamiento diario.
El nivel de impedimento funcional entre los mexicano estadounidenses fue sustancial. Esto es importante dado que el aumento de los impedimentos funcionales es un indicador claro de la futura internación en una residencia para ancianos y la necesidad de cuidado informal, señalaron las investigadoras.
“Este estudio proporciona la primera pieza de información sobre el pronóstico para los mexicano estadounidenses que sobreviven a un infarto”, dijo Lisabeth. “La información clínica y de salud pública que descubrimos es importante para la investigación futura n la prevención de infartos y la rehabilitación de los sobrevivientes de infartos. “No tenemos, todavía, un panorama completo de la recuperación para los mexicano estadounidenses y cuáles son las estrategias de intervención que puedan mejorar su recuperación”.
Las co autoras son Brisa Sánchez, Jonggyu Baek, Lesli Skolarus, Melinda Smith, Nelda García, Devin Brown y Lewis Morgenstern. Los Institutos Nacionales de Salud financiaron el estudio.