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ANN ARBOR, Michigan— Los jóvenes y adultos expuestos a altos niveles de ftalatos –compuestos químicos que se encuentran en los plásticos y en algunos productos de cuidado personal— tienden a tener niveles reducidos de testosterona en su sangre en comparación con los que tienen una exposición química menor, según un nuevo estudio de la Universidad de Michigan
La testosterona, que es la principal hormona sexual en los hombres, contribuye a una variedad de funciones en ambos sexos, incluido el crecimiento y la fuerza física, la función del cerebro, la densidad de los huesos y la salud cardiovascular. En los últimos cincuenta años la investigación ha identificado una tendencia a la disminución de la testosterona en los hombres y un aumento de las condiciones de salud vinculadas con esa reducción, incluida la merma de calidad del semen y la mal formación genital en los varones recién nacidos.
Los estudios con animales y de células han encontrado que algunos ftalatos bloquean los efectos de la testosterona en los órganos y tejidos del cuerpo. Los investigadores procuraron determinar si estos compuestos químicos, que se usan ampliamente en policoruros de vinilo (conocidos por su sigla en inglés PVC) de plásticos flexibles y en productos de cuidado personal tenían un efecto similar en los humanos.
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“Encontramos que los niveles reducidos de testosterona en circulación en la sangre están vinculados con una creciente exposición a los ftalatos en varias poblaciones claves, incluidos los varones de seis a doce años de edad, y en hombres y mujeres de cuarenta a sesenta años”, dijo John Meeker, profesor asociado de ciencias de salud ambiental en la Escuela de Salud Pública de la UM. “Esto puede tener importantes implicaciones para la salud pública dado que los niveles bajos de testosterona en los varones jóvenes puede impactar negativamente el desarrollo reproductivo y, en la edad mediana, puede disminuir la función sexual, la libido, la energía, la función cognitiva y la salud ósea tanto de los hombres como de las mujeres”.
Meekeer y su colega Kelly Ferguson, de la Escuela de Salud Pública de la UM, examinaron la exposición a ftalatos y los niveles de testosterona en 2.208 personas que participaron en la Encuesta de Salud nacional y Examen de Nutrición, de Estados Unidos, en 2011-2012. Los investigadores analizaron muestras de orina para medir las concentraciones de trece sustancias que quedan después que el cuerpo metaboliza los ftalatos. El nivel de testosterona de cada participante se midió usando una muestra de sangre.
Los investigadores encontraron una relación inversa entre la exposición a ftalatos y los niveles de testosterona en varias etapas de la vida. En las mujeres de cuarenta a sesenta años, por ejemplo, las concentraciones aumentadas de ftalato aparecieron asociadas con una disminución del 10,8 por ciento al 24 por ciento en los niveles de testosterona. Entre los varones de seis a doce años de edad las concentraciones aumentadas de metabolitos de un ftalato llamado di-(2-etilexilo) o DEHP por su sigla en inglés, aparecieron vinculadas con una reducción del 24 por ciento al 34,1 por ciento en los niveles de testosterona.
“Si bien el diseño transversal del estudio limita las conclusiones que podemos extraer, nuestros resultados sustentan la hipótesis de que la exposición ambiental a los químicos que trastornan la función endocrina, como los ftalatos, pueden estar contribuyendo a la tendencia a la disminución de la testosterona y los trastornos vinculados con ella”, dijo Meeker. “Ante las evidencias crecientes de un efecto adverso para la salud tanto los individuos como quienes determinan las políticas quizá quieran dar pasos que limiten la exposición humana en la medida de lo posible”.
El estudio titulado “Urinary Phthalate Metabolites are Associated with Decreased Serum Testosterone in Men, Women and Children from NHANES 2011-2012”, se publica en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
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