Valle Colchagua, Chile– Localizado entre el río Tinguiririca y el estero Chimbarongo, el viñedo más grande de Viu Manent en el Valle Colchagua –San Carlos- tiene minerales acarreados desde la Cordillera de los Andes, sedimentos de ambos ríos y una textura y riqueza que varía muchísimo de un área a la otra.
“Si entiendes la tierra… si conoces la tierra, entiendes el vino”, Patricio Celedón, el enólogo jefe de Viu Manent, les dijo a un grupo de estudiantes de Universidad de Michigan que están viajando en la zona para aprender de la viticultura chilena.
“Cuando haces vinos, la primera fase es entender las características de los suelos. Sólo así puedes entender las características de los vinos y manejarlos adecuadamente.”
“Ves que la tierra de La Capilla es completamente diferente a la tierra de aquí en San Carlos,” añadió. “Entonces uno esperaría que las características del vino también sean completamente distintas.”
En los últimos años, Viu Manent ha trabajado mucho en estudiar el origen y caracteriscas de sus suelos, utilizando tecnología para medir la humedad de la tierra, los niveles de clorofila y la conductividad eléctrica, lo cual les entrega información precisa de como manejar cada sector en el campo, de cuando cosechar las distintas cepas y de como manejar la uva en la bodega para obtener las calidades y características de los vinos deseados.
“Este vino por ejemplo viene de El Olivar, y El Olivar está planteado a los pies del cerro,” dijo. “La tierra tiene un origen específico que probablemente no signifique nada para ustedes pero significa que este suelo siempre ha estado allí, lo cual es diferente del suelo que les había mostrado antes, que viene de las montañas acarreado por ríos. Este suelo ha estado siempre aquí y estos cerros son el resultado del movimiento de las placas continentales creando terremotos.”
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