Expertos aseguran que los cambios también podrían aumentar desigualdad de géneros
ANN ARBOR– Esta semana, China anunció que terminará la política de un hijo que por las últimas décadas ha forzado a las familias a limitarse a tener un hijo o hija o enfrentar duras penalidades financieras.
Expertos de Universidad de Michigan aseguran que los cambios podrían ayudar a detener el envejecimiento de la población pero también expresaron su preocupación de que podría aumentar desigualdad de géneros ya existente en el país.
Shuming Bao, director del Centro de Datos de China en Universidad de Michigan e investigador asociado en el Instituto de Investigación Social, ha realizado una amplia investigación sobre la población y el cambio demográfico en China.
“El crecimiento de la población mundial se está desacelerando, y también en China. Esta es la tendencia a nivel mundial”, dijo. “En China, la velocidad de envejecimiento y la disminución del crecimiento de la población son mucho más rápidos que en la mayoría de otros países. El gobierno ha estado luchando con el envejecimiento de la población y el fin de esta política podría darle al gobierno chino más tiempo para mejorar sus frágiles sistemas e infraestructura.”
María Gallagher, profesora asociada de ciencias políticas y directora del Centro de Rogel Lieberthal de Estudios Chinos, es una experta en política, ley y sociedad china.
“Mientras que la política ha estado aflojando por algún equipo, se trata de una decisión histórica ya que no es discriminatoria, no tiene en cuenta cuántos hermanos los padres tienen o donde vive la gente, en las ciudades o en el campo,” dijo. “Eso en sí mismo es un gran avance.”
“Los impactos sustantivos en las ciudades pueden ser menos de lo esperado si los costos de vivienda y educación siguen aumentando. Muchas parejas urbanas sienten que no pueden permitirse un segundo niño independientemente de cuanto deseen uno. Si el tamaño de la familia aumenta, también pondrá fin a la generación de ‘pequeños hijos únicos emperadores” mimados por un grupo de padres, abuelos y niñeras”.
Barbara Anderson, profesora de Sociología y Estudios de Población, analiza la relación entre el cambio social y el cambio demográfico. Su investigación se centra en China, la antigua Unión Soviética y Sudáfrica.
“El cambio de política es buena para las libertades de China, pero es probable que tenga un impacto menor sobre la fertilidad en China”, dijo. “Los padres chinos invierten mucho en sus hijos y muchos no querrán tener un segundo hijo.”
Wang Zheng, es una profesora asociada de historia y estudios de la mujer y científica asociada en el Instituto de Investigaciones sobre la Mujer y Género de U-M. Wang teme que las mujeres sean presionadas para tener hijos en contra de su voluntad, al igual que muchas se vieron obligadas a abortar el bebé querían.
“Me preocupa que la desigualdad de género se reproducirá aún más ya que los niños generalmente reciben más recursos de la sociedad y las familias.”
Albert Hermalin, profesor emérito de sociología y en el Centro de Estudios de Población, es un experto en el estudio de la mortalidad la edad avanzada y la salud en Asia. También ha realizado una amplia investigación sobre la fertilidad, incluyendo un estudio sobre las preferencias de tamaño familiar en China. El cambio de política es probable que ayude a China a frenar su ritmo de envejecimiento de la población, dijo.
“La política de un solo hijo no fue ampliamente aceptada. Sin embargo, relativamente pocas parejas de Shanghai excederían dos hijos, incluso sin las restricciones del gobierno.”
Los expertos están disponibles para entrevistas en inglés. Para contactarlos Jared Wadley, 734-936-7819, jwadley@umich.edu o Debing Su, 734-764-0266, debingsu@umich.edu