Caminando por las concurridas calles de La Habana, Cuba, a principios de este año, Ruth Behar recorrió nuevas boutiques, cafés, estudios de baile de salsa y una tienda de helados que han brotado por toda la ciudad en los últimos años.
“Esto podría ser en Nueva York, podría ser Soho”, dijo la profesora de antropología en la Universidad de Michigan, quien nació en Cuba y, cuando niña emigró con sus padres a los EE.UU. después de la revolución cubana. “Veo mucho optimismo entre artistas y académicos que esperan más intercambios y oportunidades, así como entre las personas que tienen conexiones, apoyo de familiares en el extranjero, y habilidades empresariales “, dijo Behar, que comenzó a visitar la isla hace 24 años y sólo este año la ha visitado cuatro veces.
“Este es un momento muy emocionante para aquellos que tienen los medios para invertir en la nueva Cuba. Para aquellos que pueden permitírselo, hay más restaurantes y más lugares de diversión para pasar el rato que nunca antes “, dijo. “Mientras que los cubanos tienen una tradición de ser capaz de inventar y encontrar soluciones a la escasez económica, hay una desigualdad muy marcada y creciente.”
Un año después de que el presidente Barack Obama anunciara el pasado 17 de diciembre el restablecimiento de relaciones diplomáticas de EE.UU con Cuba después de medio siglo de antagonismo, mucho ha cambiado.
La isla fue retirada oficialmente de la lista de terrorismo de estado de EE.UU en mayo y este verano, los EE.UU. y Cuba reabrieron sus respectivas embajadas. En una señal de su participación en el deshielo de las relaciones entre ambos países, el Papa Francisco visitó la isla antes de su primera visita a los EE.UU. a principios de este año. Y el presidente Obama ha dicho que está interesado en visitar la isla antes del final de su presidencia.
Si bien en muchos sectores los cambios han traído prosperidad a la isla, muchos temen que la nueva relación traerá el fin de la Ley de Ajuste Cubano, que ha impulsado una nueva ola de inmigración de cubanos a EE.UU. Algunos estiman que 43.000 cubanos han huido por mar y tierra a los EE.UU. este año.
Charla incendiaria por candidatos presidenciales ha añadido más leña al fuego, dijo Silvia Pedraza, profesora de sociología y cultura estadounidense en la U-M que también emigró a EE.UU con sus padres cuando niña.
“Con la candidatura de gente como Donald Trump, Marco Rubio y Ted Cruz, todos los cuales han puesto de relieve que trabajarán para deshacer la Ley de Ajuste Cubano, los cubanos en la isla se temen que no van a poder llegar a los EE.UU. y reunirse con sus familias aquí. Por lo tanto, esta temporada electoral presidencial se ha convertido en un “empuje” para las personas que quieren salir de la isla.
“Eso, sumado a la desconfianza los cubanos de en su gobierno está detrás de la reciente éxodo, que ha provocado tensiones considerables en los países por los cuales los migrantes pasan, como Nicaragua y Costa Rica.
“La gente en Cuba es una generación que ha perdido la fe en un futuro mejor en la isla, así que ni siquiera el restablecimiento de las relaciones les da esperanza para el futuro. Los jóvenes, quienes son la mayoría de los inmigrantes, carecen de fe en un futuro mejor. Si sus lazos familiares lo permiten, tratan de salir. ¿Son migrantes políticos o económicos? Son ambos, porque sufren de los problemas económicos del sistema político, del comunismo, porque están descontentos con el gobierno y desconfían de éste.”
“Hoy día permiten a los mercados de agricultores vender sus productos adicionales libremente en el mercado; mañana cierran los mercados. Hoy día permiten que trabajen por cuenta propia vendiendo la ropa que reciben de sus familiares en los EE.UU. y de la cual todo el mundo está en extrema necesidad, mañana cierran estas tiendas de ropa independientes. Ese es un patrón que se ha repetido en Cuba durante el último medio siglo. Abran tiendas, ciérrenlas.”
“El gobierno dice que cierran estos esfuerzos porque temen este trabajo por cuenta propia será una manera para que el capitalismo se meta de nuevo en el país. Creo que es porque el gobierno quiere controlarlo todo y a todos, y tiene miedo de la gente no dependa de ellos.”
Behar dice que por lo que ha visto, los cambios en Cuba están ahí para quedarse. Pero si eso termina siendo lo mejor para el país aún está por verse.
“Me preocupan las personas que dependen de la red de seguridad socialista. ¿Qué va a pasar a los que no son capaces de subirse al carro de la empresa privada? La crisis de inmigración que estamos viendo ahora es una clara respuesta a la desesperación algunos están sintiendo en Cuba.”
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