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Hay mucho en juego en la batalla para reemplazar al jueza Scalia en el Tribunal Supremo

ANN ARBOR– La polarización extrema entre republicanos y demócratas ha hecho casi imposible a los republicanos y demócratas a ponerse de acuerdo sobre cualquier cosa, especialmente en la nominación a la Corte Suprema de Estados Unidos.

Cuando el Senado está de acuerdo ideológico con el presidente, y el juez que está saliendo es del otro lado del espectro ideológico, los presidentes pueden utilizar el proceso de nombramiento para mover el ‘medio’ ideológico un poco más hacia sus propias preferencias.

Al menos, así lo dice Charles Shipan, un profesor de ciencias sociales y política social en Universidad de Michigan.

“No es de extrañarse que estemos viendo tanto conflicto por un candidato que, en el pasado, habría sido aprobado sin oposición”, dijo Shipan quién junto al alumno U-M David Cottrell, de Dartmouth College, quienes están presentando los hallazgos de su estudio en el foro Southern California Law and Social Sciences Forum cuyo tema se centra en torno a la pregunta: ¿Estamos entrando en una era de disfunción del Gobierno de Estados Unidos? Si es así, puede ser detenida?

En cuanto a las posibilidades de conflicto significativo respecto al Tribunal Supremo, se trata fundamentalmente de la tormenta perfecta, Shipan dijo, que es alimentada, en parte, por una nominación que haría que el Tribunal Supremo girara hacia la  izquierda.

El presidente Obama anunció la selección de juez Merrick Garland para llenar la vacante después de la muerte del icono juez conservador AntoninScalia, pero el Senado de mayoría republicana ha indicado que no considerará ninguna candidatura que Obama someta.

Los investigadores examinaron citas a partir de 1953 hasta 2010, con el objetivo de evaluar tanto si los presidentes pueden tomar ventaja estratégica de las vacantes en la corte para cambiar las inclinaciones ideológicas de ésta y también si el Senado actúa como una restricción en la elección de los presidentes.

A pesar de que el Senado tiene el derecho constitucional para restringir al presidente, en el pasado los presidentes han sido mucho más potentes en el uso de nombramientos para desplazar la corte. Esto  hace que el Senado sea receloso de los candidatos que aprueban.

“Este puesto en particular en la Corte tiene el potencial de cambiar más que cualquier otra nominación en décadas — haciendo al Senado aún más vacilante de lo normal “, dijo Shipan.

El nombramiento se hace cada vez más importante para los presidentes que tienen “una gran oportunidad para dar forma a las políticas y establecer su legado”, dijo. “Ellos tienen el potencial de influir no sólo la reserva de jueces que se sientan en los tribunales, sino también los resultados que los tribunales producen.”  

Teniendo en cuenta el alto riesgo de esta nominación en particular, y la línea dura que los republicanos del Senado han tomado, Shipan dice que parece muy Garland poco probable que se confirmará en cualquier momento en los próximos meses.

Charles Shipan

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