En el futuro, Martens y Desai piensan analizar el impacto de diferentes mezclas de fibras prebióticas y de dietas con contenido de fibra natural intermitente durante un período más prolongado. También quieren buscar biomarcadores que les puedan informar sobre el estado de la capa mucosa en las entrañas humanas, como la abundancia de cepas de bacterias que digieren la mucosa y el efecto de la baja fibra en las enfermedades crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal. “Aunque que este trabajo se realizó en ratones, el mensaje que debemos llevar a casa para los seres humanos amplifica todo lo que médicos y nutricionistas nos han estado diciendo durante décadas: Coma mucha fibra de diversas fuentes naturales”, dice Martens. “Su dieta influye directamente en su microbiota, y desde allí puede influir en el estado de la capa mucosa de su intestino y la tendencia a la enfermedad. Es una pregunta abierta de si podemos curar nuestra falta de fibra con algo más purificado y fácil de ingerir que un montón de brócoli “. Además de Martens y Desai, otros investigadores en el proyecto incluyeron, de la U-M: Gabriel Nunez, Nobuhiko Kamada, Anna Seekatz, Nicole Koropatkin, Nicholas Pudlo, Sho Kitamoto y Vincent Young, además de colaboradores la Aix-Marseille Université, Washington University School of Medicine, Luxembourg Centre for Systems Biomedicine y el Luxembourg Institute of Health. La investigación fue financiada por el Luxembourg National Research Fund y el Luxembourg Ministry of Higher Education and Research; los Institutos Nacionales de Salud (NHI: GM099513) y el and the U-M Host Microbiome Initiative and Center for Gastrointestinal Research (DK034933).
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