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ANN ARBOR– Los niños que anticipan que sus padres se sentirán felices si ellos confiesan sus faltas son más propensos a decir la verdad aún arriesgándose a ser castigados por las mismas, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Michigan.
El estudio, que también encontró que los niños mayores son más propensos a confesar que los más jóvenes, tenía como objetivo investigar las emociones que los niños asocian con decir la verdad y mentir. El estudio también evaluó si estas emociones estaban conectadas a las tendencias de los niños a confesar o encubrir fechorías en situaciones del mundo real, dijo Craig Smith, investigador en el Centro de la U-M para el Crecimiento y Desarrollo Humano.
Smith y su colega Michael Rizzo, de la Universidad de Maryland, preguntaron a un pequeño grupo de niños de entre 4 a 9 años de edad cómo pensaban se sentirían sobre una serie de situaciones hipotéticas en las que los niños cometían fechorías y luego o bien mentían o confesaban su culpabilidad.
El estudio encontró que los niños de 4 y 5 años de edad eran más propensos a conectar las emociones positivas al acto de la mentira, y las emociones negativas a confesar, dijo Smith. Estos niños más pequeños a menudo se centraron en los beneficios asociados con la mentira.
Los de 7 a 9 años de edad con mayor frecuencia asociaron la culpabilidad con la mentira y las emociones positivas con confesar. Eran más propensos a hablar de la injusticia de la mentira y la rectitud de la confesión.
Esto no significa que los niños pequeños no experimenten culpabilidad o que no entiendan que mentir es malo. Una forma segura de garantizar que un niño no diga la verdad es reaccionando negativamente, añadió Smith.
Entonces, ¿qué debe hacer un padre cuando un niño reconoce una transgresión?
“Transmitir que vas a escucharle sin enojarte de inmediato”, dijo Smith. “Como padre, puede no hacerte feliz lo que hizo tu hijo/a, pero si deseas mantener una línea abierta de comunicación, puedes tratar de demostrarle que estás feliz con lo que él/ella te ha dicho al respecto.”
Esta comunicación abierta se vuelve aún más crítica cuando el niño es un adolescente y tiene que lidiar con asuntos de adultos, como si se debe confiar en sus padres como pidiendo un aventón a casa por estar borracho o si está involucrado/a en el uso de drogas, dijo Smith.
El estudio, “Children’s confession- and lying-related emotion expectancies: Developmental differences and connections to parent-reported confession behavior”, aparece en la actual edición de la revista Journal of Experimental Child Psychology.
Estudio (ING): myumi.ch/6wyOQ