Tome clases de natación: La American Academy of Pediatrics recomienda que los niños tomen clases de natación antes de los años. Estas clases, dice Folsom says, “enseña una habilidad que le puede salvar la vida.”
Fomente el respeto a las reglas: Muchos accidentes pueden prevenirse siguiendo reglas básicas de la piscina, como usar el sistema de compañeros, caminar en el área de piscina y evitar las áreas poco profundas cuando se bucea. La clave también es la responsabilidad. Dice Folsom: “No mantengas a tus amigos debajo del agua. Si alguien no puede nadar, no los obligue a ir en aguas profundas o en áreas en las que no se sientan cómodos”. Siempre supervise a los niños: Los salvavidas, aunque entrenados para detectar juegos o problemas, usualmente tienen docenas de nadadores a quienes monitorear. “El ojo humano sólo ver tanto”, dice Folsom. Es por eso que un cuidador siempre debe vigilar, también. Una herramienta útil: Una “Water Watcher Card” , que padres o cuidadores pueden pasar en turnos para indicar a un monitor designado. Ahogo en silencio: A diferencia de lo que puede ver en películas, un individuo que se ahoga podría no estar salpicando o pidiendo ayuda. “Ahogarse es en realidad muy silencioso”, dice Folsom. Además, los jóvenes deben ser entrenados para buscar un salvavidas, poste o cuerda para ayudar a alguien cuando un adulto no está presente; No deben ir a ayudar por sí mismos. Hidrátese y protéjase: El tiempo en el sol más el juego puede dejar a los nadadores resecos y en riesgo de deshidratación. Tenga agua o bebidas deportivas a mano para pausas de bebida. Y mientras que las piscinas podrían ser una buena manera de enfriarse, “Los rayos del sol rebotan en el agua y pueden causar aún más daño a su piel”, dice Folsom. Aplique protector solar según las instrucciones. Por Kevin Joy. Adaptado a español por Nardy Baeza Bickel.
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