“Esta fue una gran oportunidad, a pesar de que estaba claro que no íbamos a tener tiempo para obtener los permisos en su lugar para recoger las muestras mientras estábamos allí,” dice Sherman. “Sobre todo en lugares como Cuba, realmente tienes que hacer conexiones con la gente antes de tiempo.”La esperanza es que las alianzas formadas durante este viaje permitan a los científicos comenzar el desarrollo de proyectos que beneficien a la investigación en ambos países. “Sin estas colaboraciones, ninguna de las partes puede realmente aprovechar el potencial de la biodiversidad allí”, explica Fraley. “Como estadounidenses, no podemos ir cerca de las regiones costeras sin el permiso del gobierno cubano, y eso tiene que venir a través de las conexiones con los investigadores universitarios y científicos marinos que trabajan en Cuba. Y, por otro lado, las herramientas y técnicas que hemos construido en nuestro programa en la U-M en realidad no tienen una contraparte allí todavía.” Sherman, quién también bucea, espera para obtener un mayor acceso a los arrecifes para descubrir nuevos organismos y moléculas que añadir a la biblioteca de más de 30.000 extractos de productos naturales de la UM. “Debido a una falta general de turismo, sus arrecifes son relativamente prístinos,” dijo Sherman. “El punto de partida para gran parte de nuestro trabajo es que los microbios provienen de estos biológicamente diversos puntos de acceso.
“La biodiversidad única corresponde con la diversidad genética única, que a su vez corresponde a la química única en el metabolismo secundario de los organismos – y que es en definitiva lo que nos interesa,” añadió. Los investigadores de la UM también esperan aprender más acerca de la investigación acerca de la conservación que se está llevando a cabo en Cuba, y los científicos cubanos están igualmente dispuestos a compartir sus avances con otras naciones. Durante su viaje, por ejemplo, Fraley y Sherman observaron los nuevos enfoques que los ecologistas marinos cubanos han desarrollado para la recuperación de coral dañado. Estos métodos podrían ayudar a los esfuerzos para rescatar a los arrecifes en los Estados Unidos, que podrían desaparecer en las próximas dos a tres décadas. Los investigadores cubanos también se beneficiarán de la colaboración con el laboratorio de Sherman, accediendo a tecnología y técnicas que no están disponibles en su país -como la secuenciación de ADN avanzada. “Podríamos ayudar de muchas maneras solo en esa área”, señala Sherman. Más allá de proporcionar herramientas específicas, tales colaboraciones ofrecen una base para nuevos programas de investigación en Cuba, proporcionando los conocimientos necesarios para conectar la investigación microbiológica marina a la biotecnología y la salud humana. “No conozco a nadie que esté realmente trabajando en mi área, que abarca el ámbito de la microbiología marina y el descubrimiento de productos naturales,” dijo Sherman. “Traemos la experiencia para ayudar a desarrollar un programa de investigación sostenible en el descubrimiento de productos naturales, y que conduzca a la posibilidad de descubrimiento de fármacos. Y el potencial para el descubrimiento de fármacos es de gran interés para la mayoría de científicos que se preocupan por mejorar la salud humana.” Los beneficios de este tipo de ciencia abierta, colaborativa, puede extenderse mucho más allá de los investigadores o laboratorios específicos involucrados. Las colaboraciones de Sherman, por ejemplo, a menudo conducen a la caracterización de nuevos productos naturales, que investigadores de todo el mundo académico y la industria pueden analizar por su capacidad de lucha contra la enfermedad. Sherman y sus colegas han estado construyendo una biblioteca de productos naturales en el LSI que complementa la biblioteca química sintética de la universidad, que también es accesible a otros investigadores de la UM y grupos externos a través del centro de la LSI de Genómica Química. Esto permite a los investigadores revisar ambos tipos de compuestos para encontrar los mejores agentes para sus objetivos, dijo Sherman. “Por lo tanto, queremos que esta biblioteca sea lo más diversa posible.” Y más allá de beneficiar a instituciones específicas, los datos publicados en un reciente Nature comentario mostró que este tipo de colaboración internacional también puede tener un impacto en el campo científico en su conjunto. El análisis de los datos de publicación y citación reveló una fuerte correlación entre la “apertura” de una nación – el número de estudios que publica con autores de otras naciones, así como la capacidad de sus investigadores para reubicarse – y su impacto científico. Los autores hacen hincapié en que las naciones que desean maximizar su impacto científico se beneficiarían de una mayor colaboración internacional, y recomiendan que los organismos de financiación “se alejen de las políticas que financian sólo a los investigadores nacionales”, y en lugar de vincular a los científicos nacionales a la mejor ciencia dondequiera que esté. Sherman tiene la esperanza de que los recientes avances en Cuba continuarán para permitir tales enlaces, incluso si el deshielo en las relaciones entre los EE.UU. y Cuba no continúa. “Creo que hay esperanza, porque todavía hay interacciones activas y colaboraciones entre los EE.UU., CUBAMAR y los científicos cubanos,” dice Sherman. “Las cosas van en la dirección correcta.” Adaptado de la versión original en inglés en el Life Science Institute
Contacto (inglés):
Mandira Banerjee
Teléfono: 734-647-1848