13/02/2018

ANN ARBOR– Amilcar Matos-Moreno llegó a Puerto Rico dos meses después de que el huracán María castigara a la isla en septiembre.

Y a pesar de que él y su esposa bien sabían las escenas devastadoras que les esperaban aún fue un shock de ver a su querida isla en tal estado.

Voluntarios distribuyen paquetes de higiene, almuerzos y ropa mientras otros preparan comida para la comunidad. Foto cortesía de Matos-Moreno.

Voluntarios distribuyen paquetes de higiene, almuerzos y ropa mientras otros preparan comida para la comunidad. Foto cortesía de Matos-Moreno.

“Justo cuando llegas al aeropuerto, la infraestructura todavía estaba en ruinas”, dijo Matos-Moreno, un candidato doctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan. “Las bodegas y empresas que veía allí antes, ahora ya no estaban o estaban destruidas. En la ciudad, los edificios y las casas estaban vacías. La gente simplemente empacó y se fue. Fuera de la ciudad, las casas que se habían inundado estaban llenas de lodo, ahora endurecido. Los árboles habían sido arrancados de raíz. Era un espectáculo muy triste.”

Después de la tormenta, Matos-Moreno dijo que él y su esposa Yabetza Vivas, también boricua, conversaron con su familia para decidir cómo podían ayudar a Puerto Rico. Se pusieron en contacto con una organización conectada a conseguir donaciones para la isla y establecieron una caja de donación en la Escuela de Salud Pública, y con unos amigos de Puerto Rico comenzaron una página GoFundMe que recaudó más de $ 5,000 en donaciones.

Entonces, volaron a Puerto Rico donde pasaron sus vacaciones distribuyendo comidas y productos, y ayudaron con la limpieza, una de las tareas más duras que muchos puertorriqueños todavía enfrentan, dijo.

En Toa Baja, una ciudad que recibió más de seis pies de agua, la gente había sacado para afuera refrigeradores, colchones y otros desperdicios, sin poder llevarlos a los lugares de eliminación designados.

Pero muchos otros no tenían fuerza o recursos para limpiar siquiera sus casas, dijo. Por ejemplo, una mujer parcialmente ciega de 66 años de edad, que vivía con sus dos nietos, de 5 y 7 años, seguía durmiendo en un colchón de aire sobre seis pulgadas de lodo seco cuando llegaron allí. 

Su vecino había muerto durante la tormenta, y la casa había quedado abandonada, convirtiéndose en una fuente de mosquitos, ratas y cucarachas para todo el vecindario.

El grupo alquiló una excavadora y un camión, y ayudaron a los vecinos a limpiar toda la basura de las calles y de la casa abandonada, una pequeña victoria entre tantos desafíos que aún enfrentan, dijo Matos-Moreno. En ese barrio, aún no hay ni luz ni agua.

En marzo, Matos-Moreno y su esposa regresarán, esta vez con un grupo de su iglesia para ayudar a colocar lonas y construir techos de madera antes de que la temporada de lluvias comience.

De Puerto Rico a Michigan

Si bien estos viajes son temporales, Matos-Moreno dice que está ansioso por volver a la isla tan pronto como termine sus estudios.

Matos-Moreno se graduó con una licenciatura en ciencias sociales y una maestría en salud pública en bioestadísticas de la Universidad de Puerto Rico antes de cambiarse a Michigan con su esposa Yabetza Vivas que estudia dirección de orquesta en Bowling Green State University.

Fue su jefe en el Hospital CS Mott de Niños, donde trabajó como bioestadistico durante dos años, que despertó su interés en epidemiología de la salud, dijo.

Matos-Moreno planea hacer su tesis doctoral sobre el efecto que la migración de la fuerza laboral de la isla ha tenido en la población de edad avanzada en Puerto Rico, donde una de cada cuatro personas son mayores de 65 años.

“Cuando me gradúe de Michigan, vamos a volver a Puerto Rico”, dijo con confianza. “Me gustaría empezar un programa de doctorado en epidemiología social, porque no existe un programa en la isla en este momento. Esto es muy importante porque la gente de Puerto Rico por lo general vienen al continente para estudiar y luego se quedan aquí porque las oportunidades de ingresos y calidad de vida, entre otras cosas, son mejores.

“Pero creo que necesitamos gente que regrese a casa e introduzca nuevas ideas a la gente en la isla. Eso es lo que quiero hacer en tres años y estoy animando a otros a hacer lo mismo.”

RELACIONADOS

  • Apoya el próximo viaje de Matos-Moreno en marzo a Puerto Rico, donde estará instalando carpas y techos antes de que la temporada de las lluvias llegue a la isla,
  • Visita el programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la U-M.

 

 

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