Noticias

María Militzer: Empoderando a líderes de la comunidad para promover cambios

08/07/2020

ANN ARBOR– La investigadora postdoctoral María Militzer recuerda con afecto los actos de bondad que recibió como nueva inmigrante en Michigan.

La persona que la dejó quedarse en su casa durante unas semanas cuando estaba en transición entre apartamentos. El director de la escuela de inglés que le permitió limpiar la escuela a cambio de los costos de matrícula. 

Aquellos que la ayudaron a prepararse para el examen de inglés para hacer su maestría en los Estados Unidos.

“Estaba trabajando muy duro, pero siempre hubo personas que me ayudaron. ¿Qué más puedo decir acerca de cómo la vida me ha tratado? Me dieron mucho y ahora es mi momento de devolver”, dijo Militzer, cuya investigación en la Escuela de Salud Pública se centra en disparidades de salud en comunidades inmigrantes en el condado de Washtenaw. “He tenido mucho apoyo, mucha suerte en ese sentido. Y si tengo un poco ahora, haré lo que pueda para ayudar a la persona que no lo tiene, para que él, ella, no se sienta tan sola.” 

Militzer, quien trabaja en el Centro de Investigación sobre Etnia, Cultura y Salud, se mantiene ocupada con varios proyectos de investigación centrados en las disparidades de salud, incluyendo más recientemente como presidente de Mexiquenses en Michigan, una

 

organización sin fines de lucro integrada por un grupo de padres inmigrantes hispanohablantes para brindar apoyo y recursos para esa comunidad. 

Cuando la pandemia obligó a una gran parte de la economía a cerrar en marzo, Mexiquenses, en colaboración con la Coalición Interreligiosa por los Derechos de los Inmigrantes de Washtenaw (WICIR, por sus siglas en inglés) y la Parroquia de San Francisco de Asís, se lanzó a la acción para proporcionar recursos (apoyo financiero, suministros de limpieza y materiales educativos) a las familias en el condado de Washtenaw para ayudarlos a mantenerse saludables.

A medida que la crisis de salud se prolonga, el grupo busca asegurar $15.000 a través de una campaña Go Fund Me para continuar los esfuerzos de recuperación y apoyar a los estudiantes latinos vulnerables que luchan por adaptarse al aprendizaje virtual.

“Ahora, muchas personas han regresado al trabajo, pero muchas fueron despedidas y otras todavía están parcialmente despedidas de restaurantes, hoteles, y les ha sido difícil volver a ponerse de pie. Tienen facturas vencidas, alquileres vencidos … hay mucha necesidad “, dijo Ana Trinidad, una de las fundadoras de Mexiquenses.

Según los investigadores de la U-M Paul Fleming y William López, los hispanos y otros grupos minoritarios corren un mayor riesgo de sufrir consecuencias negativas -tanto económicas como de salud- por la pandemia debido a las condiciones de vivienda, las políticas de inmigración racistas y las prácticas discriminatorias de vivienda. Además, los latinos están sobrerrepresentados en trabajos que se han considerado esenciales durante la pandemia, pero muchos carecen de protecciones como días de enfermedad pagados o acceso a atención médica. 

Para las familias con estatus migratorio mixto, donde un padre puede estar indocumentado pero el resto de la familia es residente legal o ciudadano, los subsidios del gobierno, como los cheques de estímulo o incluso los cupones de alimentos, pueden estar fuera del alcance.

De la granja al campo de la salud pública

Para Militzer, trabajar con estos proyectos ha sido una extensión del trabajo que ha estado haciendo durante años con la comunidad latina en el área.

Militzer creció en Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz, México (la misma ciudad donde creció Salma Hayek, señala rápidamente). La menor de tres hijas criadas por una madre soltera, fue la primera en su familia en terminar la universidad, graduándose como veterinario.

María Militzer, ahora una investigadora posdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, recibe su doctorado durante la ceremonia de graduación de 2019 en el estadio de Universidad de Michigan conocido como "the Big House". Foto cortesía: María Militzer.

María Militzer, ahora una investigadora posdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, recibe su doctorado durante la ceremonia de graduación de 2019 en el estadio de Universidad de Michigan conocido como “the Big House”. Foto cortesía: María Militzer.

 

Su trabajo se centró en la transferencia de tecnología en pequeñas granjas, con ganado vacuno de 50 cabezas o menos, ayudando a los agricultores a encontrar soluciones económicas para los problemas cotidianos, como encontrar formas más eficientes de cronometrar la producción de leche. Pero después de que el TLCAN se implementara en 1994, las pequeñas granjas quedaron prácticamente destruidas. Se estima que unos 2 millones de trabajadores agrícolas quedaron sin empleo y muchos comenzaron a mirar al vecino del norte como única alternativa. Militzer, entonces de 30 años, estaba entre ellos.

María Militzer con su madre, Roberta Antonio-Sibaja, quien vino a Ann Arbor desde México para asistir a la ceremonia de graduación de María en 2019. Foto cortesía de María Militzer.

María Militzer con su madre, Roberta Antonio-Sibaja, quien vino a Ann Arbor desde México para asistir a la ceremonia de graduación de María en 2019. Foto cortesía de María Militzer.

Se mudó a Michigan, con la esperanza de aprender suficiente inglés para poder cursar  una maestría. Fue entonces cuando asistió a una escuela para estudiantes de inglés, limpiando los pisos para compensar la educación, trabajando en restaurantes para ganarse la vida y eventualmente obteniendo una maestría en idiomas y comercio internacional en la Universidad Eastern Michigan. Mientras tanto, comenzó a trabajar como intérprete médico en la Universidad de Michigan, lo que despertaría su interés en las intersecciones de raza, cultura, clase, justicia social y salud pública.

Ella y su esposo James comenzaron un periódico bilingüe, y ella estuvo involucrada con varias organizaciones comunitarias que apoyan a inmigrantes de habla hispana. Trabajando con otros intérpretes médicos, desarrolló capacitación y materiales educativos para compañeros intérpretes, que a menudo carecen de un profundo conocimiento del campo médico o las barreras culturales que enfrentan sus clientes. También diseñó y enseñó un par de cursos electivos para estudiantes de medicina interesados ​​en trabajar con pacientes de habla hispana.

Militzer se involucró en varios proyectos de investigación con la Escuela de Enfermería de la U-M y comenzó a ver el papel que puede desempeñar la intervención conductual para mejorar los resultados de salud.

Un proyecto sobre la incontinencia urinaria se centró en mejorar la salud de las mujeres enseñándoles a ejercitar los músculos del piso pélvico. Las intervenciones abordaron múltiples factores individuales que influyen en la adherencia de las mujeres a los ejercicios.

“Sin embargo, las intervenciones no abordaron ningún otro factor sociocultural y económico que también puede desempeñar un papel importante en la adherencia al tratamiento. Y luego la pregunta era ¿por qué?,” dijo Militzer. “Todo lo que observé en las interacciones con médicos y pacientes, y todos los factores socioeconómicos que están presentes, incluso invisibles… había cosas que no estábamos considerando”.

Decidió obtener un doctorado en salud pública en el Departamento de Comportamiento de la Salud y Educación para la Salud, con un enfoque en cómo la discriminación racial y étnica afecta la salud y el acceso a la atención médica de las personas. Dijo que como inmigró a los Estados Unidos como adulta, no experimentó discriminación racial el mismo grado que las personas de color, y especialmente las personas africanoamericanas, enfrentan a lo largo de sus vidas. Pero la barrera del idioma era notable y una con la cual estaba familiarizada. 

“A pesar del hecho de que existe un marco legal completo para que las organizaciones de atención médica brinden servicios en el idioma nativo de las personas, todavía hay pocos, y los pocos que están disponibles no tienen las habilidades que deberían tener para servir bien a sus clientes.

“Creo que el enfoque en la justicia social y la equidad que tenemos en el departamento es lo que realmente me satisface”, dijo. “No me puedo imaginar haciendo otra cosa que descubrir cómo utilizamos el conocimiento, los recursos y las habilidades de investigación que tenemos para mejorar los resultados de salud de una población, de una comunidad. El poder apreciar estos procesos desde una perspectiva distinta me ha ayudado mucho”.

Empoderando a líderes comunitarios

En la U-M, Militzer trabaja con el profesor asistente Paul Fleming apoyando su trabajo de investigación sobre la intersección de las políticas de inmigración y la atención a la salud, incluyendo la recopilación de datos para medir cómo el estrés relacionado con el miedo a la deportación afecta la salud de las personas.

María Militzer, una investigadora postdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan,  asiste a la Conferencia de la American Public Health Association 2019 con los profesores de U-M Barbara Israel, Chris Coombe y Nina Wallerstein, Universidad de Nuevo México. Foto cortesía: María Militzer.

María Militzer, una investigadora postdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, asiste a la Conferencia de la American Public Health Association 2019 con los profesores de U-M Barbara Israel, Chris Coombe y Nina Wallerstein, Universidad de Nuevo México. Foto cortesía: María Militzer.

Otro proyecto, “Líderes de la Comunidad”, financiado a través de la Iniciativa de Participación Comunitaria del Centro Ginsberg, busca identificar, educar y empoderar a los líderes comunitarios para que puedan desarrollar las habilidades que necesitan para hacerse cargo y resolver los problemas que ven en sus comunidades.

“Como decimos en México, nadie sabe más de la sopa que el cucharón”, dice. “Esto es  algo que aprendí en mi trabajo como veterinario: no eres un maestro, no eres un instructor, pero estás ayudando a las personas a desarrollar habilidades de una manera que no es imponente, no es una obligación. 

“Los líderes deciden qué proyectos iniciar, los recursos que necesitan, con quién quieren trabajar, y les ayudo a facilitar estos procesos, mientras aprendo cómo los determinantes sociales afectan su salud y co-diseñamos intervenciones – basadas en sus voces y experiencias- que influyen en la prestación y administración de servicios de salud, y en las políticas a nivel institucional. De esto se trata la investigación participativa basada en la comunidad “. 

Así es que comenzó a trabajar con Ana Trinidad y Nayelly Mena Martínez, ambas fundadoras de Mexiquenses a quienes Militzer había conocido a través de su trabajo anterior como intérprete.

“Al principio eran algo tímidas, hay barreras idiomáticas y culturales que limitan el potencial que tienen. Pero hemos estado desarrollando esta autoconfianza juntas y han desarrollado varias iniciativas que me confirman que cuando la comunidad receptora, como el condado de Washtenaw, está abierta a crear un ambiente justo y afectuoso para sus residentes inmigrantes más vulnerables, las comunidades de inmigrantes prosperan”.

Hasta principios de año, su trabajo se centraba en cuestiones relacionadas con la inmigración, como organizar reunificaciones familiares con la ayuda del Consulado de México en Detroit y brindar apoyo a familias separadas por deportaciones. Mexiquenses tiene alrededor de 650 miembros cuyos países de origen también incluyen Guatemala, Honduras y El Salvador.

Cuando la pandemia llegó al condado de Washtenaw, el grupo tenía ya una fuerte presencia comunitaria y pudo coordinar su red de voluntarios para ayudar a procesar solicitudes para recibir apoyo financiero del United Way del condado de Washtenaw. Estableció una campaña Go Fund Me para recaudar fondos y en coordinación con WICIR y San Francisco de Asís facilitaron la entrega de fondos, suministros de limpieza y equipo de protección personal para familias vulnerables.  

También han estado trabajando para proporcionar servicios de traducción al español a organizaciones comunitarias encargadas de educar al público sobre el coronavirus, incluyendo  el Departamento de Salud del Condado de Washtenaw y la Oficina del Sheriff, y han estado trabajando con la Iniciativa de Participación Comunitaria del departamento MICHR de la U-M para distribuir materiales impresos sobre la pandemia  en español.

Al principio de la pandemia, el grupo recibió $30,000 de United Way y recientemente recibió otros $ 27,000 de la Ann Arbor Area Foundation para apoyar la segunda ola de apoyo. Anticipan que la necesidad de la comunidad solo crecerá a medida que la pandemia persiste.

Cuando las personas reciban sus alimentos en las próximas semanas, también recibirán volantes, desarrollados por una reciente graduada de la Escuela de Salud Pública, con información sobre cómo los trabajadores de restaurantes pueden protegerse para reducir el riesgo de contraer coronavirus.

“Tenemos miedo al contagio, pero tenemos que ir a trabajar”, dijo Nayelly Mena Martínez, destacando que el grupo se está enfocando en proporcionar una guía de protección fácil de seguir para aquellos que necesitan volver al trabajo.

“A veces no somos cuidadosos tomando las precauciones que necesitamos, cubriéndonos la cara, poniéndonos guantes. Tenemos que tener en cuenta que estamos en mayor riesgo porque somos una comunidad con altos niveles de diabetes, de hipertensión, de enfermedades del corazón y otras afecciones que nos ponen en mayor riesgo”.

El grupo también está muy preocupado por los efectos duraderos de la pandemia en el desarrollo académico de los niños, que ya están muy afectados por las barreras socioeconómicas, culturales y relacionadas con la inmigración.

Recientemente se reunieron con funcionarios de las Escuelas Públicas de Ann Arbor para analizar cómo las clases en línea podrían afectar el desempeño académico de  estudiantes de bajos ingresos que podrían carecer de la tecnología o el acceso a Internet para este tipo de aprendizaje, dijo Ana Trinidad.

“Esa fue una de las razones por las que tomamos la iniciativa. Queremos seguir siendo un recurso no solo para ayudar con las necesidades básicas sino también para apoyar a los niños. Será un poco difícil recuperar el próximo ciclo escolar, así que estamos muy preocupados”, dijo.

Para Militzer, estos nuevos desafíos significan que su trabajo con la comunidad continuará.

“No puedo imaginar hacer algo que me guste más”, añadió.

RELACIONADOS

Go Fund Me page  

Mexiquenses en Michigan

Washtenaw Interfaith Coalition for Immigrant Rights

St. Francis of Assisi Parish

Archivado En:
, , , , , , ,