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El calentamiento del clima en Brasil aumenta el riesgo de Zika y dengue en 2050

24/05/2023

El potencial de transmisión del Zika o el dengue en Brasil puede aumentar entre un 10% y un 20% en los próximos 30 años debido al calentamiento vinculado al cambio climático, según investigadores de la Universidad de Michigan.

La investigación cuenta con cuatro regiones distintas de Brasil y fue publicado en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, halló que los lugares de transmisión también se alargarán unos dos meses al año, con un potencial creciente de brotes temporales, incluso en las regiones más frías del país.

Andrew Brouwer

Andrew Brouwer

“Podemos esperar que el Zika y otros arbovirosis se conviertan en un desafío mayor en Brasil y otros países, como Colombia y Venezuela, a medida que el cambio climático contribuye al calentamiento de las temperaturas”, dijo el epidemiólogo Andrew Brouwer, científico investigador asistente de la Escuela de Salud Pública.

El potencial de transmisión se mide mediante un concepto conocido como número básico de reproducción o R0. En el caso del Zika, significa estimar el número de nuevos casos que los mosquitos causarían en una población susceptible tras picar a una sola persona infectada.

“El R0 medio en Manaos, Brasil, por ejemplo, es de alrededor de 2,3 ahora, y esperamos que aumente a alrededor de 2,5 en 2050. Aunque no parezca un aumento enorme, puede acumularse rápidamente en las cadenas de transmisión y provocar brotes más grandes y rápidos”, explica Brouwer.

Hannah Van Wyk

Hannah Van Wyk

Brouwer, junto con la estudiante de doctorado en salud pública Hannah Van Wyk y Joseph Eisenberg, profesor de epidemiología, examinaron las posibles repercusiones del cambio climático en distintos climas y seleccionaron cuatro ciudades de diversas regiones climáticas de Brasil.

Todas están aproximadamente al nivel del mar y dentro del rango de elevación adecuado para la abundancia del mosquito Aedes Aegypti, o mosquito de la fiebre amarilla, que propaga el Zika, el dengue, la fiebre amarilla y otros virus:

• Manaos, ciudad de la selva amazónica con clima tropical húmedo
• Recife, ciudad costera del Atlántico con clima tropical monzónico
• Río de Janeiro, ciudad costera atlántica con clima tropical de sabana
• São Paulo, ciudad del sur con clima subtropical húmedo

Para medir el potencial epidémico del Zika, los investigadores obtuvieron datos históricos de temperaturas entre el 2015-2019 y proyecciones para el 2045-2049. Utilizaron un modelo predictivo que explicó cómo las tasas de picadura del mosquito, los huevos que ponían, la probabilidad de supervivencia adulta y la tasa de mortalidad, así como el período de incubación dependen de la temperatura.

“La modelización matemática nos permite examinar simultáneamente el impacto de múltiples características del vector dependientes de la temperatura en el riesgo de enfermedad”, dijo Van Wyk.

Sus resultados sugieren que el potencial epidémico del Zika aumentará por encima de los niveles actuales en Brasil en todos los escenarios climáticos. Por ejemplo, la temporada de riesgo de arbovirus en Río de Janeiro aumentará en unos 2-3 meses para 2045-2049 y las temporadas de riesgo de Zika en Recife aumentarán en aproximadamente dos meses. Con temperaturas más frescas, São Paulo se encuentra hoy en el límite del potencial de transmisión, pero puede volverse más vulnerable a los brotes de noviembre a abril, dicen los investigadores.

Las proyecciones para Manaos son diferentes de las de las otras tres ciudades. Por ejemplo, el riesgo es relativamente constante durante todo el año, con un pequeño aumento en los meses ligeramente más calurosos de agosto a noviembre. Pero utilizando el modelo de transmisión dependiente de la temperatura, los investigadores estiman que en algunos años la región registrará temperaturas demasiado cálidas para que los mosquitos transmiten el Zika de forma óptima y experimentarán una disminución del riesgo.

Sin embargo, esta disminución del riesgo no es segura. La transmisión óptima del Zika se produce cuando el promedio de las temperaturas diarias se sitúa en torno a los 30 grados Celsius, pero todavía es posible que se produzcan brotes hasta unos 35 grados Celsius.

“Esperábamos que Manaos experimentará una reducción general del riesgo en 30 años, pero hemos descubierto que es probable que el riesgo promedio aumente de forma generalizada”, afirma Brouwer. “Esperábamos ver disminuciones del riesgo sólo en las épocas más calurosas del año y sólo en los escenarios de cambio climático más severos”.

Para los investigadores, los pronósticos climáticos relacionados con los modelos de transmisión proporcionan una fuente de evidencia para guiar la planificación futura para mitigar los impactos en la salud debido al cambio climático. Además, los departamentos de salud locales y nacionales pueden aprovechar estas fuentes para prepararse para los aumentos en la presión de transmisión debido al calentamiento climático.

“Nuestras recomendaciones son tener en cuenta el calentamiento a la hora de planificar la prevención y la detección precoz de brotes”, dijo Brouwer. “Asimismo, preparar los sistemas de vigilancia del Zika para temporadas de transmisión prolongadas”.

“Puede ser necesaria una mayor flexibilidad y adaptabilidad de la respuesta y prevención de arbovirus para acomodar la heterogeneidad espacial y temporal en las proyecciones de riesgo, especialmente en un país con tanta diversidad climática como Brasil”.

Escrito por Fernanda Pires de Michigan News, adaptado al español por Juan Ochoa de Michigan News

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