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Juan Ochoa
P&R DE EXPERTO
México se encuentra al borde de un momento histórico, listo para elegir a su primera presidenta en medio del proceso electoral más grande en la historia de la nación el 2 de junio. Más allá de un concurso de personalidades, la elección se perfila como un choque definitivo de ideologías políticas, cada una ofreciendo visiones distintas que prometen dirigir el desarrollo interno y las relaciones externas de México, particularmente con los Estados Unidos.
Edgar Franco-Vivanco es profesor asistente de ciencia política en la Universidad de Michigan. Su trabajo abarca la política latinoamericana, la economía política histórica, la violencia criminal y la política indígena.
¿En qué se diferencian las elecciones de México de 2024 en comparación con años anteriores?
Las elecciones de 2024 tienen muchos elementos significativos. Primero, estas elecciones serán las más grandes en la historia de México, con más de 20 mil cargos en disputa. Aproximadamente 100 millones de personas están habilitadas para votar, un aumento de casi el 10% desde la última elección. La escala y los desafíos logísticos requeridos para coordinar elecciones tan masivas son considerables. Sin embargo, el Instituto Nacional Electoral enfrenta recortes presupuestarios que podrían limitar su capacidad para asegurar la calidad del proceso de votación.
En segundo lugar, estas elecciones funcionarán como una especie de referéndum para el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador. Aunque se prohíbe su reelección, se anticipa que el sucesor de AMLO probablemente continuará muchas de sus políticas actuales. De particular relevancia son los cambios institucionales que ha liderado, como el fortalecimiento del ejército y la implementación de recortes presupuestarios a agencias federales. Si Morena asegura una mayoría en el Congreso y el sucesor de AMLO prosigue con sus políticas, podría allanar el camino para la consolidación del control del partido hegemónico en México una vez más.
Tercero, las dos candidatas principales de esta elección son mujeres. Esto es un desarrollo notable y algo paradójico en un país caracterizado por altos niveles de desigualdad de género, misoginia y violencia contra las mujeres.
¿Qué llevó a que México tenga dos candidatas presidenciales principales, Claudia Sheinbaum de Morena y Xóchitl Gálvez, la candidata de la coalición de oposición?
Hay dos factores principales en juego: una tendencia estructural y un componente idiosincrático. Primero, hay una tendencia a largo plazo de aumento en la representación femenina en la política mexicana y latinoamericana. En 1990, menos del 8% de los miembros de la cámara baja de México eran mujeres; hoy, alrededor de la mitad lo son. Este avance en la igualdad de género se atribuye en gran parte a la implementación de cuotas de género en las últimas décadas.
El otro elemento está relacionado con las elecciones personales del presidente actual, AMLO. Al principio de su mandato, abogó por un gabinete con igualdad de género con una presencia significativa de mujeres. El gran peso que tiene en el partido llevó a que su candidata potencial preferida, Claudia Sheinbaum, fuera elegida en las primarias del partido. Esta decisión llevó a la oposición a elegir a Xóchitl Gálvez, una candidata que podría, teóricamente, competir con ella sin involucrar el elemento de género como un obstáculo potencial.
¿En qué se diferencian sus plataformas políticas y cómo podrían estas afectar al futuro del país y/o la relación con EE. UU.?
Su principal diferencia es ideológica. Sheinbaum es de izquierda y se considera la sucesora ideológica de AMLO. Gálvez se ha alineado con la derecha y ha defendido políticas implementadas por administraciones previas del Partido Acción Nacional.
Sheinbaum ha publicado un extenso documento con 100 propuestas. Ofrece apoyo a la continuación de la Cuarta Transformación (4T), un relato creado por AMLO para encapsular su agenda. Quizás una diferencia principal es que Sheinbaum pone más énfasis en el cambio climático y los problemas ambientales, reflejando su sólida experiencia en esta área. Sin embargo, el desafío sería equilibrar estos objetivos con las fuertes inversiones en proyectos que emiten carbono promovidos durante la administración de AMLO.
Por otro lado, la plataforma de Gálvez prioriza la seguridad, combatiendo el crimen organizado y reforzando el sistema penitenciario. También promueve más apoyo para pequeñas ideas de negocios y el sector privado.
En general, estas plataformas representan dos visiones diferentes para el papel del estado. Pero en la práctica, la diferencia es ambigua. El proyecto de Sheinbaum depende en gran medida del papel del estado. Sin embargo, al igual que AMLO, también promueve la disciplina fiscal y un gasto relativamente bajo. Esto podría limitar el potencial para implementar estas políticas ambiciosas. Por otro lado, el proyecto de Gálvez no refleja un cambio enorme en muchas dimensiones, ya que el papel propuesto del estado es relativamente fuerte para un gobierno de derecha.
En mi opinión, la relación con EE. UU. estará más influenciada por quién gane la presidencia de EE. UU. que quién gane en México. La crisis fronteriza seguirá siendo un problema, independientemente de quién sea elegido, y negociar con EE. UU. probablemente presentará desafíos similares, independientemente del presidente mexicano.
Xóchitl Gálvez ha denunciado que el partido contrario le está robando la presidencia y ha solicitado la intervención de EE.UU. ¿Cuáles son las implicaciones de estas declaraciones?
Las acusaciones de Gálvez generan preocupaciones acerca de la posible interferencia gubernamental en el proceso electoral. Aunque algunas de estas acusaciones podrían ser válidas (por ejemplo, la plataforma que AMLO brinda a Sheinbaum en sus apariciones públicas y los recortes presupuestarios al Instituto Nacional Electoral), la probabilidad de un fraude generalizado en México es relativamente baja. Además, es muy improbable que EE. UU. intervenga bajo las circunstancias actuales. Esta retórica probablemente forma parte de las campañas electorales que se esperan se intensifiquen en los próximos meses.
¿Cuáles son las implicaciones de la ascendencia judía de Sheinbaum en un país mayoritariamente católico?
Puede parecer sorprendente que una mujer judía pueda potencialmente convertirse en la próxima presidenta de un país donde la mayoría se identifica como católica y donde existe una cultura arraigada de machismo. No obstante, es poco probable que su origen cultural desempeñe un papel significativo en las elecciones. México tiene una fuerte tradición de separación entre la iglesia y el estado, y es probable que la mayoría de los votantes la identifiquen principalmente con el partido Morena y AMLO en vez de con su identidad religiosa. Por lo tanto, es improbable que la oposición explote su origen para obtener beneficios políticos. Sin embargo, no debemos descartar la presencia de discursos de odio y desinformación acerca de sus orígenes. Además, factores externos como el conflicto de Hamas-Israel y la crisis humanitaria en Palestina podrían presionarla a redefinir la postura de política exterior del país, que hasta ahora se ha caracterizado por su neutralidad y apoyo a una solución de dos Estados.
¿Cómo crees que la violencia criminal en México afectará la participación de los votantes y qué medidas proponen los candidatos en relación con la seguridad?
La violencia ya está afectando el panorama electoral. Informes indican que más de una docena de candidatos han sido asesinados y más de 40 periodistas han sido asesinados durante la administración de AMLO, según Artículo 19, una ONG. Esto refleja los esfuerzos del crimen organizado para influir en los resultados electorales, controlar la selección de candidatos locales y suprimir la libertad de prensa. Las tasas de homicidios se han mantenido alarmantemente altas durante la administración de AMLO y las estrategias implementadas para combatir el crimen organizado han demostrado ser ineficaces.
Es probable que la violencia disminuya la participación electoral, especialmente si ocurren algunos eventos violentos cerca de la elección. Dado el impacto que tiene en los periodistas, también podría crear condiciones para la desinformación.
¿Cómo podrían los resultados de las elecciones de 2024 cambiar la dinámica política en México?
Actualmente, hay tres escenarios plausibles. El primero y más probable es que Sheinbaum del partido Morena gane las elecciones con una ligera mayoría en el Congreso. Esto mantendrá el statu quo, permitiendo a la futura presidenta cierto margen para implementar su agenda. Sin embargo, dado que Sheinbaum no cuenta con el mismo nivel de apoyo dentro de Morena como AMLO, es posible que necesite hacer concesiones y formar alianzas con la oposición. Esto también bloqueará cualquier cambio constitucional directo, pero creará un terreno fértil para que Sheinbaum implemente su agenda de políticas.
El segundo escenario plausible es que Sheinbaum gane la presidencia sin obtener una mayoría en el Congreso. Esto creará la necesidad de más alianzas, aumentando la importancia de partidos menores, pero esencial, como Movimiento Ciudadano.
El tercer escenario, y el menos probable, es que Gálvez gane con un Congreso dividido. En ese caso, podríamos esperar cierta resistencia por parte de Morena para negociar con Gálvez. Además, dado el apoyo que hay detrás de su candidatura, su capacidad para gobernar estaría seriamente debilitada. También hay preocupación de que algunos miembros del partido Morena no acepten los resultados inmediatamente, especialmente si el margen es estrecho.
En cualquier caso, parece que el partido Morena se está consolidando como un partido casi hegemónico, por un lado, con una coalición de partidos de oposición por el otro. Esto podría significar un equilibrio que se asemejará a un sistema bipartidista con altos niveles de polarización.
Independientemente de quién gane, ¿cuáles son los mayores desafíos para el próximo presidente de México?
La seguridad es un problema crítico. El país ha estado en un conflicto interno durante las últimas dos décadas. Desde 2006, medio millón de personas han sido asesinadas y muchas han desaparecido. Hasta ahora, tres administraciones distintas con diferentes enfoques no han podido reducir la violencia o el poder creciente de los grupos criminales.
Aunque el papel de las fuerzas del orden y del sistema judicial es claro, los candidatos también deberían enfocarse en limitar el reclutamiento de los carteles. Claro que esto es más difícil porque significa una combinación de políticas sociales y económicas que ningún gobierno ha logrado implementar. Además, el papel de EE. UU. como mercado de drogas ilegales no debería ser ignorado. Mientras ambos países no aborden este asunto de manera integral, incluyendo el componente transnacional de la producción de drogas y sus implicaciones como emergencia de salud, la violencia en México probablemente se mantendrá alta.
Otro gran desafío para el futuro presidente son las finanzas frágiles de Pemex, la compañía petrolera estatal. Pemex tiene una gran deuda con los productores nacionales y prestamistas internacionales. En general, hay preocupaciones por el déficit presupuestario del 2024 y el lento crecimiento del PIB, y el impacto que estos podrían tener en la disciplina fiscal existente.
Por supuesto, hay muchos otros desafíos, incluyendo la frontera entre EE. UU. y México y cómo manejar el flujo de migrantes de países centro y sudamericanos. Todo esto se tiene que agregar a los problemas perennes de desigualdad y corrupción que han afectado a México y los países latinoamericanos durante siglos. Independientemente del resultado de las elecciones, el próximo presidente enfrentará obstáculos formidables.