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Jared Wadley
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DETROIT— De pie en la banda de la cancha de fútbol del Detroit City Fieldhouse, Matt Hale sonríe con orgullo mientras su hijo, Jeremiah, maniobra hábilmente el balón de fútbol, evitando que los defensores lo detengan.
Jeremiah, de 11 años, continúa su carrera hacia la portería, patea el balón a pocos centímetros de los brazos extendidos del portero. Mientras Jeremiah celebra el gol con sus compañeros de equipo, Hale, casado y padre de cinco hijos, dice que disfruta viendo el partido tan cerca de su casa en Detroit.
A diferencia de muchas familias en otras ciudades de Estados Unidos, Hale no tiene que ir a otros suburbios ni pagar cientos de dólares por participar en clubes suburbanos.
“Cuando apareció este programa, nos emocionó encontrar algo en la ciudad”, dijo Hale, quien trabaja para una agencia sin fines de lucro en Detroit.
El estadio, ubicado en 3401 E. Lafayette St., es operado por el Detroit City Football Club, una entidad que reúne a los residentes con su equipo profesional, ligas e inversión comunitaria. El club fue fundado por Alex Wright, un ex alumno de la Universidad de Michigan, y cuatro socios en 2011.
Más de 200 niños representan al club en los equipos juveniles del DFCF “City Select”, además de otros 2,500 jóvenes en programas afiliados. Cientos más tienen acceso a clínicas y clases que se imparten durante los meses más fríos.
Fútbol en Motown
El interés de Detroit en el fútbol juvenil ha aumentado constantemente en la última década con los programas del club funcionando junto con las ligas operadas por la ciudad de Detroit y la Liga Atlética de la Policía. Wright dice que el club brinda a las familias de los jugadores de City Select acceso asequible al equipo gracias a las ganancias de las ventas de alcohol de los partidos semiprofesionales masculinos y femeninos en el Keyworth Stadium en Hamtramck.
“Está conectando a niños y familias de toda la ciudad que aman el juego”, dijo.
Comunidad y cultura futbolística
Muchos participantes de la liga también apoyan a los equipos profesionales masculinos y femeninos del club. No es raro ver a fanáticos de todas las edades cantando y luciendo sus banderas moradas y doradas en la ya tradicional marcha desde el bar Fowling Warehouse al Keyworth Stadium.
“La energía del público es algo que simplemente no se ve en los deportes estadounidenses”, dijo Stephanie Munier, fanática del club que se mudó a Detroit desde Ann Arbor hace unos seis años. “Es algo que tú esperarías en un partido en el Reino Unido o en México o en Europa, donde la gente participa en el partido en cuerpo, voz y alma”.
Algunos fanáticos también retribuyen a la comunidad al donar ropa, suministros de salud y otras necesidades básicas para las personas sin hogar y otras poblaciones en riesgo cerca del Cass Park de Detroit.
“Tenemos respeto por el club… y tenemos ese respeto mutuo el uno por el otro y reconocemos cómo ambos nos apoyamos mutuamente en nuestro crecimiento”, dijo Amanda Jaczkowski, miembro del consejo de Hamtramck quien desde hace tiempo es titular de boletos de temporada.
La participación comunitaria es lo que Wright, un productor de televisión local, y varios amigos esperaban que sucediera cuando hablaron sobre la creación de un club hace más de una década.
“Era una idea cuyo momento había llegado”, dijo.
Los socios fundaron Detroit City FC, un equipo de fútbol de ligas menores cuyo lema es “Pasión por nuestra ciudad, pasión por el juego”. La misión del club era satisfacer la demanda de fútbol en el centro de Detroit, representar a la ciudad de manera positiva y construir una comunidad a través del “juego hermoso”.
El equipo jugó originalmente en el campo de fútbol de Cass Tech High School, donde más de mil espectadores acudieron al primer partido. Para la tercera temporada, la asistencia al juego superó las 3,000 personas, lo que generó la necesidad de una configuración más grande. Los dueños de los equipos lo encontraron en el Keyworth Stadium en 2015 y coordinaron una campaña que reunió a 527 inversionistas y $741,250 en donaciones para renovar el sitio.
En 2018, los propietarios convirtieron una casa de campo vacía de 75,000 pies cuadrados en un espacio de práctica. El sitio, que había sido utilizado ocasionalmente por los Detroit Red Wings desde finales de la década de 1990 hasta mediados de la década de 2010, tiene dos canchas de fútbol, oficinas del club y un bar.
Ser propietario de un equipo no era lo que Wright imaginó al crecer en Detroit y Plymouth. Aunque amaba los deportes, sus intereses incluían viajar y escribir guiones, lo que lo llevó a la Universidad de Michigan. Wright, quien se graduó en estudios italianos y estudios de cine/video, le da crédito a su mentor Jim Burnstein, director del Programa de escritura de guiones de la U-M, en el desarrollo de su creatividad.
“El objetivo de cada semestre era escribir un guión, lo cual era difícil, pero el motor por encima de todo era el don de motivación de Jim”, dijo Wright. “Nunca me había sentido más confiado con la idea de escribir algo que cuando salía de una de sus conferencias” y tiene una energía imparable, dijo.
Burnstein elogió a Wright por sus logros.
“Aquí había un chico con visión que veía el mundo de una manera diferente, y cuando tuvo su oportunidad, formó algo especial en una ciudad que obviamente ama”, dijo Burnstein. “Simplemente quería marcar una gran diferencia en Detroit. Y creo que eso es algo que los jóvenes aprenden en la U-M y en nuestro programa, sin importar a dónde vayan”.
Mientras reflexiona sobre los próximos 10 años del club, Wright dijo que prevé que los equipos de hombres y mujeres sigan teniendo éxito en el campo y crezcan entre los aficionados de la región y más allá.
“Este es el club al que quiero llevar a mis nietos a ver, y junto a ellos, toda una generación que creció aprendiendo a amar el deporte del fútbol en morado y dorado”, dijo.
El equipo masculino, conocido como “Le Rouge”, terminó el 2021 como campeón de la tercera división de la Asociación Nacional de Fútbol Independiente. Antes de fin de año, anunciaron sus intenciones de unirse a la segunda división del Campeonato de la USL.
Además del equipo masculino, el club fundó un equipo semiprofesional femenino en el año 2020. El equipo jugó solo tres partidos durante la temporada acortada por la pandemia de COVID. El verano pasado, terminaron terceros en la división Midwest North de la UWS League. Comienzan a jugar en la USL-W League esta primavera.
