ANN ARBOR, Michigan.—Más del 60 por ciento de los adultos entre las edades de 19 y 22 años recibió alguna ayuda financiera del papá y la mamá, según un nuevo estudio de la Universidad de Michigan, UM. La cantidad promedio que recibieron, incluida la ayuda con la matrícula universitaria, el alquiler y el transporte, fue de 7.500 dólares por año.
El estudio es el primero que usó datos representativos nacionales a fin de calcular la ayuda familiar a los adultos jóvenes y que analizó la forma en que esa ayuda varía por características de la familia y del individuo. El estudio se sustenta en datos de 2.098 entrevistas llevadas a cabo entre 2005 y 2009 con hombres y mujeres jóvenes y con sus familias, como parte del Estudio de la Dinámica de Ingresos en la Transición a la Adultez, del Instituto de Investigación Social (ISR) de la UM.
El análisis realizado por Patrick Wightman y Robert Scheni de la UM, y Keith Robinson en la Universidad de Texas, en Austin, se presentó en la reunión anual de la Asociación de Población de Estados Unidos, en San Francisco.
“Los jóvenes en Estados Unidos están demorando más en irse de la casa, completar sus estudios, conseguir empleo estable, casarse y tener hijos“, dijo Wightman, investigador en la Escuela Gerald R. Ford de Política Pública en la UM. “Y la transición lenta a un papel de adulto tradicional viene acompañada por un incremento en el apoyo financiero que los adultos jóvenes reciben de sus parientes”.
Un aspecto interesante que encontraron los investigadores es que las características de la infancia tienen un impacto significativo en las probabilidades de que los padres provean ayuda financiera a sus hijos cuando son adultos jóvenes.
Si los padres y madres decían que sus hijos hasta los 12 años de edad habían sido alegres, capaces de depender de sí mismos y se llevaban bien con los demás, tenían más probabilidades de darles regalos financieros o préstamos cuando eran adultos jóvenes.
“Básicamente estos resultados muestran que los parientes están más inclinados a proveer un apoyo adicional a los hijos a los que perciben como más positivos y emprendedores”, dijo Wightman. “Los padres y las madres son más propensos a ayudar a quienes, aún a edad más temprana, se ayudan a sí mismos”.
Casi el 65 por ciento de los adultos jóvenes vivía en la casa de sus padres al menos una porción significativa de cada año, y el análisis no incluyó el valor de la habitación, el alojamiento o la comida. A los participantes se les preguntó cuánto dinero les habían dado sus padres o pagado de sus cuentas durante el año pasado en cada una de las categorías siguientes: vivienda afuera de la casa familiar, vehículo, matrícula universitaria, ayuda en el pago de las cuentas, o un regalo o préstamo personal.
Entre los resultados clave:
- Aproximadamente el 42 por ciento de los participantes que respondieron indicó que sus padres les habían ayudado a pagar las cuentas, y los que recibieron ayuda tuvieron un promedio de 1.741 dólares;
- Casi el 35 por ciento de los adultos jóvenes dijo que sus padres les ayudaron a pagar las matrículas universitarias, y quienes recibieron esa ayuda tuvieron un promedio de 10.147 dólares;
- Alrededor del 23 por ciento recibió ayuda con los vehículos (un promedio de 9.682 dólares);
- Casi el 22 por ciento recibió ayuda para pagar el alquiler de vivienda afuera de la casa familiar (3.937 dólares en promedio)
- Aproximadamente el 11 por ciento indicó que habían recibido préstamos de sus parientes (un promedio de 2.079 dólares) y casi el 7 por ciento indicó que había recibido dinero como regalo (cantidad promedio 8.220 dólares).
“Tal como lo esperábamos encontramos una gran diferencia entre las familias de altos y de bajos ingresos, tanto en términos de si daban o no ayuda financiera a sus hijos adultos jóvenes, como en términos del monto proporcionado”, dijo Wightman.
Casi el 80 por ciento de las familias con altos ingresos había dado ayuda a sus hijos adultos jóvenes, dijo Wightman, comparado con poco menos de la mitad en el caso de las familias de bajos ingresos.
“La brecha es especialmente grande en lo que hace a la ayuda relacionada con la educación”, añadió. “Mientras que apenas el 11 por ciento de los jóvenes con bajos ingresos recibió ayuda de sus familias para la matrícula, el 66 por ciento de los jóvenes con altos ingresos recibió esa ayuda. Y entre quienes obtuvieron ayuda, los chicos y chicas de familias de los ingresos más altos recibieron un promedio de 12.877 dólares comparado con 5.788 dólares para los de familias con bajos ingresos”.
Y aún así, según el informe, las familias más pobres que dieron ayuda a sus hijos adultos jóvenes proveyeron una proporción de su ingreso tan grande como la de las familias más acaudaladas, un 10 por ciento.
Este análisis lo financió la Red de Investigación sobre Transiciones a la Adultez con el apoyo de la Fundación John D. y Catherine T. MacArthur. El Panel de Estudio de la Dinámica de Ingresos recibe fondos de la Fundación Nacional de Ciencia, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
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