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Laurel Gnagey
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ANN ARBOR— Hemos visto en los titulares las noticias acerca de jóvenes amedrentados o abusados por novios o novias que emplean medios digitales como internet y los teléfonos inteligentes.
Ahora una investigación de la Universidad de Michigan ha encontrado que la agresión en las citas llevada a cabo mediante la tecnología aparece vinculada al ambiente en el cual crecen algunos jóvenes, y con las probabilidades de que estos comportamientos conduzcan a una violencia física en la cita.
El estudio, que se titula “Technology-Delivered Dating Aggression: Risk and Promotive Factors and Patterns of Associations Across Violence Types Among High-Risk Youth”, (La agresión mediante tecnología en las citas: Riesgos, factores promotores y patrones de asociaciones en diferentes tipos de violencia entre los jóvenes de alto riesgo), se difunde por internet en la revista Violence and Gender Journal. La investigación se condujo mediante el Centro Michigan de Prevención de la Violencia Juvenil, en el Departamento de Comportamientos de Salud y Educación de Salud, en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan.
La agresión que emplea tecnología se exhibe de maneras tales como el intento de controlar la conducta de la pareja, el seguimiento de sus actividades y los sitios donde concurre, las amenazas, la difusión de rumores o la distribución de imágenes explícitas sin autorización de la pareja. Y va más allá de la agresión cibernética, la cual habitualmente ocurre en internet, para incluir el hostigamiento con llamadas telefónicas y los mensajes de texto.
“Encontramos que la violencia de pareja que usa la tecnología prevalece entre los jóvenes urbanos en alto riesgo, y que está altamente asociada con la exposición a la violencia en el vecindario, por ejemplo, los chicos y chicas que escuchan habitualmente disparos de armas de fuego, ven el comercio de drogas, presencia cuando alguien sufre una herida de bala o es apuñalado. También aparece fuertemente relacionada con la violencia física en las citas”, dijo la Quyen Epstein Ngo, profesora investigadora asociada en el Instituto de Investigación de las Mujeres y el Género en la UM, y fellow en el Centro de Heridas de la UM. “El estudio muestra que la violencia de pareja está relacionada con la agresión física en las citas y puede ser precursora o un síntoma de violencia física grave entre las parejas. No todos aquellos que han incurrido en violencia con tecnología también han perpetrado la violencia física, pero casi todos los que perpetraron la violencia física también incurrieron en violencia con tecnología. Se necesita más investigación para comprender mejor esta asociación”.
Epstein Ngo y sus colegas encuestaron a jóvenes de 14 a 20 años de edad en dos barrios urbanos que habían concurrido a la sala de emergencia en un hospital de Flint, Michigan. Entre los jóvenes que completaron la encuesta el 48 por ciento dio cuenta de agresión de pareja expresada mediante la tecnología, el 44 por ciento había experimentado violencia de pareja (como agresor o víctima), el 55 por ciento informó de haberse visto involucrado con la violencia física no relacionada con la cita de pareja, y casi el 96 por ciento dio cuenta de su exposición a la violencia en la comunidad.
Epstein Ngo dijo que se necesita más investigación para determinar si la tecnología hace más fácil la comisión de estos actos de agresión digital de pareja o si quienes incurren en ella son, simplemente, más propensos a esos comportamientos.
“En el caso de los individuos que han perpetrado una violencia de pareja independientemente del medio quizá la tecnología no es más que otro medio para vigilar, controlar y amenazar a sus parejas”, dijo. “sin embargo también hay investigación que sustenta la idea de que los individuos son más propensos a decir, por internet o por el correo electrónico cosas que no dirían si estuviesen cara a cara con alguien. De modo que el acceso a la tecnología quizá también facilita el decir cosas ofensivas o hacer cosas que normalmente no haríamos si tuviésemos que mirar a alguien a los ojos”.
Las investigadoras encontraron que la percepción, esto es la conciencia en el presente de las sensaciones y estímulos que promueven estos comportamientos, aparece asociada con menos agresión de pareja con uso de tecnología, lo cual muestra que los programas que promueven la percepción entre los jóvenes de estos pensamientos, emociones e impulsos pueden ayudar.
“Las familias, el personal de cuidado de la salud, el personal escolar y quienes trabajan con los jóvenes deberían ser conscientes de que la violencia de pareja que usa la tecnología puede ser grave y puede aparecer vinculada con problemas más graves en las relaciones de pareja de los jóvenes”, dijo Epstein Ngo.
Otros autores en la UM incluyen: Jessica Roche, Maureen Walton, Marc Zimmerman, Stephen Chermack y Rebecca Cunningham. Además del Instituto para la Investigación sobre Mujeres y Género, el Centro de Heridas, y el Centro Michigan de Prevención de la Violencia Jubenil, otras unidades de la UM representadas por sus investigadores incluyen el Departamento de Medicina de Emergencia, el Centro de Investigación de la Adicción y el Departamento de Psiquiatría. Chermack también está afiliado con el Centro de Tratamiento, Investigación y Evaluación de Enfermedades Mentales Graves en el Sistema de Cuidado de Salud de la Administración de Veteranos en Ann Arbor.
La financiación provino de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el Centro Nacional para Ciencias Translacionales de los Institutos Nacionalkes de Salud, el Centro de Heridas de la UM, y el Instituto Nacional de Abuso de Drogas.