ANN ARBOR: El tiroteo en la escuela Robb en Texas, el más mortífero en la última década, ha conmovido al país entero. Le preguntamos a expertos de la Universidad de Michigan: ¿Qué pasa ahora?

“En situaciones como estas es muy importante que la gente pueda estar junto con sus familias y no tener que preocuparse de quién tiene papeles o si no tiene papeles,”
dijo William López, profesor clínico en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan.

“Necesitan poder discutir con las personas de la policía, y preguntar cosas como ¿Dónde está mi familia? ¿Dónde están mis hijos? ¿A dónde puedo ir a recibir ayuda? sin preocuparse si tienen papeles o no. Por eso, es muy importante que los políticos, que el presidente Biden y el gobernador (de Texas) Abbott, digan muy claro: ‘no vamos a impulsar las leyes de migración en estos momentos.’

“No hay sanación durante esta tragedia si la gente teme por sus propias deportaciones, esto es solo un trauma tras otro”.

“Sabemos por una extensa investigación que el sitio de los agentes de la patrulla fronteriza tiene cambios, reacciones viscerales, psicológicas, emocionales y de comportamiento para las personas que son o podrían ser deportadas. El miedo a la patrulla fronteriza no cambia porque hayan pausando su máquina de deportación para detener” a un atacante.

El proceso para sanar también se ve complicado por previos actos de violencia como en el supermercado y la iglesia, como vimos hace poco más de una semana, añadió.

“La verdad, es muy difícil poder sanar como una comunidad si nuestros espacios, como nuestras iglesias o nuestras tiendas donde podemos comprar comida y estar juntos, han sido los lugares donde hemos encontrado estas violencias. Y esto hace muy difícil recuperarnos del duelo y del daño de esta violencia en nuestras comunidades.”

Sandra Graham-Bermann es un profesora de psicología que se especializa en reacciones de estrés traumático en niños expuestos a la violencia. Dijo que las familias deben estar pendientes de las reacciones que los más jóvenes puedan tener.   

“La mayoría de los niños reaccionarán a un evento traumático con algunos síntomas de trauma, como evitación, desregulación emocional y trastornos del sueño o pesadillas. Pero pocos tendrán efectos duraderos o desarrollarán PTSD”, dijo. “La gente tiene una reacción normal al duelo y al trauma que no se puede poner en perspectiva. Los padres necesitan ayudar a sus hijos a sentirse seguros nuevamente, pero eso lleva tiempo”.

Joanna Quigley es psiquiatra infantil en Michigan Medicine, el centro médico académico de la U-M, y profesora asociada en el Departamento de Psiquiatría. Ella ofrece consejos para padres y educadores para comprender cómo los niños y adolescentes pueden reaccionar y procesar las noticias de Texas, y cómo pueden apoyar a los jóvenes en sus vidas esta semana y más allá. Es el mismo consejo que ofreció después del tiroteo en la escuela de Oxford, Michigan, a fines de noviembre. 

Su consejo para padres y maestros en este momento: “Incluso si los jóvenes dicen que no tienen preguntas o que no quieren hablar en este momento, hágales saber que tiene una política de puertas abiertas si quieren hablar, lo que podría ser una o dos semanas a partir de ahora, o puede ser motivado por más información que surja sobre el incidente. Es importante que sepan que los adultos en sus vidas están disponibles para ellos de manera continua”.

“Otro tiroteo masivo sin sentido en Estados Unidos, nos recuerda claramente que nuestro sistema político está paralizado y roto”, dijo Jonathan Hanson, un politólogo en la Escuela de Políticas Públicas de Ford. “Una abrumadora mayoría de estadounidenses, incluidos los propietarios de armas, apoyan medidas básicas como la verificación de antecedentes para la compra de armas. Sin embargo, nuestro sistema otorga poder a las minorías sobre este tema, y ​​no podemos tener un debate real sobre políticas sensatas que ayuden a prevenir estas tragedias típicamente estadounidenses”.

Marc Zimmerman es co-director del Instituto para la Prevención de Lesiones por Armas de Fuego (IFIP por sus siglas en inglés).

“Desafortunadamente, las causas y los antecedentes de los tiroteos masivos no son todos iguales, por lo que las soluciones son complejas y la prevención se extiende desde la vida familiar hasta las escuelas y nuestras comunidades, e incluye políticas sociales y públicas. 

“Podemos encontrar estas soluciones construyendo una base de información que puede ayudar a cambiar la narrativa y hacer que la seguridad de las armas de fuego sea una prioridad máxima Para hacer esto, debemos trabajar juntos para garantizar que las personas y las comunidades tengan acceso a estrategias de prevención basadas en evidencia que no infrinjan los derechos de ninguna persona, sino que los protejan. al mismo tiempo que hacemos los cambios necesarios que nuestra sociedad necesita para poner fin a esta epidemia. En última instancia, debemos encontrar un terreno común y trabajar juntos para resolver esta crítica crisis de salud pública”.

El co-director del instituto, Patrick Carter, añadió que en la última década, hemos sido testigos de un aumento en el número y la gravedad de este tipo de incidentes.

“Los tiroteos escolares son un aspecto crítico de un complejo más grande. problema de salud pública responsable de más de 45,000 muertes cada año en los EE. UU.

“También son un recordatorio de la necesidad urgente de abordar el problema de las lesiones por armas de fuego utilizando soluciones integrales basadas en datos, especialmente aquellas que se enfocan en las formas en que podemos prevenir que ocurran estos incidentes devastadores. en primer lugar. Hemos aplicado la ciencia de la prevención de lesiones a otros problemas sociales graves, sobre todo la prevención de accidentes automovilísticos, lo que ha reducido sustancialmente las muertes y las lesiones durante el último medio siglo. Necesitamos continuar aumentando el enfoque en la prevención de lesiones por armas de fuego. identificando los aspectos clave que subyacen a este problema de salud pública y desarrollando e implementando soluciones basadas en evidencia acciones que se enfocan en lograr nuestras metas comunes de disminuir las muertes y lesiones por armas de fuego”.