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Un estudio de la Universidad de Michigan encontró que este grupo es más propenso a reconocer el sesgo sistémico de raza y género cuando son maltratados en el trabajo
Hombres blancos que han experimentado acoso en el lugar de trabajo son más propensos a apoyar los esfuerzos para combatir el sesgo de raza y género en sus organizaciones, según un nuevo estudio de la Universidad de Michigan.
Los hombres blancos tienen menos probabilidades que las mujeres y las personas de color de experimentar discriminación y acoso en el lugar de trabajo. Sin embargo, cuando los hombres blancos son tratados pobremente por sus colegas, son más propensos a reconocer el sesgo racial y de género que ocurre en sus organizaciones y son más propensos a tomar acción, indicó el estudio.
“Los hombres blancos se alían con los esfuerzos de diversidad e inclusión en el lugar de trabajo solo en la medida en que reconozcan que existe un sesgo de raza y género en sus lugares de trabajo y que están dispuestos a actuar”, dijo la autora del estudio Erin Cech, profesora asociada de sociología de la U-M.
Cech utilizó datos de encuestas de más de 11,000 trabajadores en 24 agencias federales (incluidos 5,000 hombres blancos). Un tercio de los hombres blancos había experimentado algún tipo de acoso en el trabajo, como intimidación o intimidación física. Estos hombres eran más propensos que otros hombres blancos a reconocer el sesgo sistémico de raza y género que enfrentaban sus colegas, y también eran más propensos a tomar acción—para reportar los incidentes de sesgo que presenciaron a sus colegas y supervisores, mostraron los hallazgos.
Cuando los hombres blancos experimentan acoso, esto disipa una creencia dada por sentada de que su lugar de trabajo opera meritocráticamente, dijo Cech. Esta creencia puede servir como un obstáculo para el reconocimiento y reporte de sesgos.
“Las experiencias de acoso pueden bajar estos obstáculos meritocráticos e introducir oportunidades para que los hombres blancos consideren cómo el lugar de trabajo podría no ser justo para sus colegas”, dijo ella.
Cech señaló que los hallazgos tienen implicaciones importantes para los esfuerzos organizacionales contra el racismo y el sexismo.
“Por supuesto, la conclusión no es que debemos aumentar el acoso hacia los hombres blancos”, dijo Cech. “Más bien, los hombres blancos que han tenido la desafortunada experiencia de ser intimidados o amenazados en el trabajo podrían ser aliados inesperados en los esfuerzos de diversidad e inclusión.
“Pedir a los hombres blancos que reflexionen sobre su propio tratamiento negativo en el trabajo puede proporcionar resultados fructíferos sobre la operación meritocrática de su lugar de trabajo. Esta incredulidad puede facilitar una mayor disposición para reconocer el trato injusto experimentado por colegas y tomar acción.”
Los esfuerzos de diversidad e inclusión en el lugar de trabajo, dijo ella, deben tener en cuenta que los hombres blancos a menudo toman el trato que experimentan en el trabajo como sustituto de las experiencias de sus colegas mujeres y de minorías raciales. La crítica de los hombres blancos al estado actual mediante la reflexión sobre el trato que reciben en el lugar de trabajo puede evitar la actitud defensiva y el “contragolpe” que a menudo socava el cambio organizativo.
Los hallazgos aparecen en el American Journal of Sociology.
Escrito por Jared Wadley de Michigan News, adaptado al español por Juan Ochoa de Michigan News.