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Las personas transgénero que reciben terapia hormonal de afirmación de género tienen un 37% menos de probabilidad de adquirir VIH, y para las personas que viven con VIH, la terapia hormonal parece ofrecer una probabilidad un 44% menor de que el virus permanezca detectable en la sangre, según un estudio de la Universidad de Michigan.
En general, la investigación encontró que la terapia hormonal para pacientes que reciben atención médica para alinear sus características físicas con su identidad de género mejoró todos los resultados de salud relacionados con el VIH para personas transgénero, no binarias y de género diverso.
El estudio, publicado en The Lancet HIV, examinó los registros de salud de más de 8,000 pacientes transgénero y de género diverso que recibieron atención primaria en centros de salud comunitarios en Boston y la ciudad de Nueva York entre 2013 y 2019.
“Las comunidades trans han sido duramente afectadas por la epidemia de VIH. La investigación sobre los efectos beneficiosos de la terapia hormonal para las personas trans es sólida en términos de salud mental, pero menos para enfermedades físicas como el VIH. Con este estudio, buscamos llenar ese vacío”, dijo Sari Reisner, autor principal del estudio y profesor asociado de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la U-M, quien recientemente publicó un estudio sobre la terapia hormonal y la depresión.
Las personas transgénero tienen aproximadamente 13 veces más probabilidades de ser VIH-positivas que otros adultos en edad reproductiva, según la Organización Mundial de la Salud. Al mismo tiempo, la OMS informa que las personas transgénero tienen tasas de acceso a servicios de salud más bajas que la población general debido a una variedad de problemas, como la violencia, barreras legales, estigma, discriminación y marginación socioeconómica.
Es probable que esas barreras contribuyan a que las tasas de VIH sean más altas en personas transgénero negras, hispanas/latinas y multirraciales que en las personas transgénero blancas, según descubrieron los investigadores.
Los investigadores también encontraron que muy pocos participantes del estudio, solo alrededor del 3% de aquellos sin VIH, estaban tomando profilaxis preexposición, o PrEP, un medicamento destinado a individuos con alto riesgo de exposición al VIH, lo que sugiere una oportunidad importante para ampliar los esfuerzos de prevención del VIH.
“Tenemos herramientas de salud pública para reducir el VIH, que incluyen nuevas estrategias de prevención biomédica como PrEP y enfoques conductuales tradicionales, como el apoyo al uso del condón. Sin embargo, la prevención del VIH y la optimización del cuidado del VIH no son ‘una solución única para todos’ en salud pública”, dijo Reisner. “Necesitamos enfoques adaptados que aborden las experiencias vividas y prioridades de las personas trans, como modelos de atención integrados que incorporen el cuidado de género con servicios de prevención y atención del VIH”.
Los hallazgos sugieren que la atención de afirmación de género funciona como una intervención de salud pública que aborda múltiples necesidades de salud simultáneamente. Al ofrecer terapia hormonal de afirmación de género, los proveedores de atención médica pueden potencialmente apoyar la identidad de género de una persona mientras también reducen la transmisión del VIH y mejoran los resultados del tratamiento del VIH en una población que enfrenta disparidades significativas en salud, encontraron los investigadores.
El estudio también reveló que los pacientes que permanecieron consistentemente comprometidos con la atención médica tuvieron mejores resultados de salud y, más específicamente, que el número de años comprometidos con la atención estaba relacionado con mantener el virus del VIH bajo control o con una alta supresión viral.
Reisner, quien también publicó un artículo de opinión en The Lancet HIV examinando por qué las personas transgénero enfrentan tasas más altas de VIH, sugiere soluciones para abordar las diversas barreras sociales, económicas y de atención médica que exacerban las inequidades del VIH. El artículo enfatiza la necesidad de desarrollar soluciones en colaboración con las comunidades transgénero y hace un llamado a más investigación y financiamiento para la investigación de personas transgénero que viven con VIH.
“Las comunidades trans se ven vulnerables al VIH. Para las personas trans, las vulnerabilidades y resiliencias ante el VIH se sitúan dentro de los contextos multiescalas y biopsicosociales en los que vivimos”, dijo Reisner. “La salud pública no puede mitigar eficazmente la epidemia de VIH a menos que desmantelemos los sistemas interrelacionados de poder y privilegio relacionados tanto con el género como con otras identidades marginadas, que alimentan las inequidades del VIH”.
El estudio fue financiado por el Instituto de investigación de resultados centrados en el paciente y los Institutos Nacionales de Salud.
Escrito por Kim North Shine de Michigan News, adaptado al español por Juan Ochoa de Michigan News.