ANN ARBOR, Michigan.–Algunas de las conclusiones más importantes de la encuesta Monitoring the Future de este año entre los estudiantes de escuela secundaria de Estados Unidos incluyen:
El uso de marihuana entre los adolescentes aumentó en 2011, por cuarto año consecutivo, lo cual representa un fuerte contraste con la disminución considerable ocurrida en la década anterior. El uso diario de marihuana entre los estudiantes del último año de secundaria está en la actualidad en su nivel más alto en 30 años
La “marihuana sintética”, que hasta comienzos de este año se vendía legalmente y que se conoce con nombres como “K2” y “spice” se añadió a la cobertura del estudio en el año 2011; uno de cada nueve alumnos en el último año de la secundaria, esto es el 11,4%, dijo que había usado esa droga en los doce meses previos.
El uso de alcohol, y aún más importante las ocasiones de consumo intenso, continuó la disminución gradual de largo plazo entre los adolescentes y en 2011 alcanzó niveles históricamente bajos.
Aproximadamente uno de cada tres adolescentes consume bebidas de energía, y el uso es mayor entre los adolescentes más jóvenes.
En el año 2011 una muestra nacional representativa de 47.000 alumnos de octavo, décimo y duodécimo grados en 400 escuelas secundarias públicas y privadas participó de la encuesta Monitoring the Future 2011. El estudio lo lleva a cabo el Instituto de Estudios Sociales (ISR) de la Universidad de Michigan y desde su creación en 1975 se ha financiado con una serie de donaciones del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas, uno de los Institutos Nacionales de Salud.
La proporción de jóvenes que usa alguna droga ilícita ha aumentando gradualmente a lo largo de los últimos cuatro años debido, en gran medida, al uso creciente de la marihuana, la más usada de todas las drogas ilícitas. En el año 2011 el 50% de los estudiantes en el último año de secundaria indicó que había probado una droga ilícita en algún momento; el 40% había usado una o más drogas en los doce meses previos, y el 25% había usado una o más drogas en los treinta días previos. Las cifras son más bajas para los adolescentes más jóvenes pero son aún inquietantemente altas: entre los alumnos de décimo grado el 38% indicó que había probado una droga ilícita, el 31% la había usado en los últimos doce meses y el 19 por ciento en los treinta días previos. Las cifras correspondientes para los alumnos de octavo grado son el 20%, el 15% y el 8,5%.
La proporción de estudiantes que informa del uso de cualquier droga ilícita aparte de la marihuana ha disminuido gradualmente por algunos años pero ha permanecido bastante estable en los tres años más recientes de modo que los niveles de 2011 fueron similares a los de 2008. Las tasas anuales de prevalencia del uso de cualquier droga ilícita aparte de la marihuana en los doce meses previos son del 6%, el 11% y el 18% entre los alumnos de octavo, décimo y duodécimo grados; las tasas correspondientes de prevalencia a lo largo de la vida son del 10%, el 16% y el 25%.
El uso de marihuana siguió aumentando entre los alumnos de décimo y duodécimo grado en todos los períodos de prevalencia (a lo largo de la vida, en el último año, en los últimos 30 días, y uso diario en los 30 días previos). Ninguno de estos cambios fue tan grande como para adquirir significado estadístico pero todos ellos continúan el patrón de aumento gradual. Además, el incremento en estos grados fue amplio y la mayoría de los subgrupos demográficos mostró un incremento en el uso. Entre los alumnos de octavo grado no hubo aumento adicional en el uso de marihuana en 2011 sino más bien una disminución, no significativa, en la tasa anual de prevalencia de 1,1 puntos porcentuales al 12,5%. Aún así la prevalencia anual para los alumnos de octavo grado en los dos últimos años ha sido más alta que en cualquier momento desde 2003, lo cual indica que su uso, claramente, ha estado subiendo también entre los alumnos de octavo grado. Para los tres grados combinados la tasa anual de prevalencia del uso de marihuana ha subido del 24,5% en 2010 al 25% en 2011, un incremento interanual no significativo estadísticamente. Pero el incremento desde el 21,4% en 2007 al 25% este año tiene un alto significado estadístico (p<.001).
De importancia quizá mayor es el aumento en el uso diario o casi diario de marihuana definido como el uso en más de 20 ocasiones en los treinta días previos. Las tasas actuales de uso diario de marihuana subieron significativamente en los tres grados el año pasado y han subido levemente más en los tres grados otra vez este año (aunque ninguno de estos cambios interanuales fue suficientemente grande como para alcanzar un significado estadístico); aunque una vez más los incrementos desde 2007 son altamente significativos al nivel de todos los grados. Los niveles actuales de prevalencia del uso diario en 2011 son del 1,3%, el 3,6% y el 6,6% en los grados octavo, décimo y duodécimo.
“Dicho de otra forma uno de cada quince estudiantes en el último año de la secundaria fuma, hoy, marihuana a diario o casi cada día”, dijo Lloyd Jonson, el investigador principal en el estudio. “Y ésa es la tasa más alta que hemos visto en los últimos treinta años, es decir desde 1981”.
Una explicación posible del resurgimiento en el uso de la marihuana es que en años recientes son menos los adolescentes que opinan que hay muchos peligros vinculados con su uso, aún su uso regular (Figura 3). El “riesgo percibido”, como le llaman los investigadores –y que el estudio ha demostrado que, a menudo, es una señal de los cambios que ocurrirán en el uso de una droga—ha bajado de manera bastante aguda para la marihuana en los últimos cinco años y siguió disminuyendo entre los alumnos de los tres grados en ese año. La desaprobación del uso de marihuana entre los adolescentes también ha disminuido en los últimos tres o cuatro años lo cual sugiere una caída de las normas de pares contra el uso. (Esta disminución en la desaprobación puede ser una consecuencia de la disminución en el riesgo percibido; la investigación anterior ha mostrado que estas dos dimensiones están estrechamente vinculadas).
La marihuana sintética se añadió a la cobertura del estudio en 2011. La marihuana sintética, que se vende por Internet, en peluquerías, tiendas al por menor o estaciones de gasolina, tiene el propósito de imitar los efectos de la marihuana (cannabis) y a menudo contiene canabinoides sintéticos que no aparecen en la lista de sustancias controladas de la Dirección de Control de Drogas y Alimentos (DEA por su sigla en inglés). En febrero de 2011, sin embargo, la DEA uso sus atribuciones de emergencia temporal y declaró a numerosos de los compuestos químicos usados en tales productos como drogas de la Lista I, es sustancias peligrosas altamente abusadas y sin uso médico legítimo, al menos por un año. Además por lo menos dieciocho Estados han prohibido la marihuana sintética. En 2011 el 11,4% de los alumnos en el último año de la secundaria, en todo el país, indicó que había usado esa droga en los doce meses previos, pero ellos completaron sus cuestionarios justo antes de que las drogas fueran añadidas a la lista de sustancias proscritas. “Los resultados del año próximo deberán informarnos mucho más acerca de cuán exitosos sean estos nuevos esfuerzos de control”, dijo Jonson. “Sabemos que la gran mayoría de quienes han usado la marihuana sintética también ha usado marihuana regular durante el año al igual que otras numerosas drogas”.
Ectasy. Las tasas anuales de uso de ectasy (MDMA) en 2011 son del 1,7% en octavo grado, 4,5% en el décimo, y 5,3% en el duodécimo grado y reflejan un incremento de 0,9 puntos porcentuales en el duodécimo grado, sin cambios reales en el décimo y una disminución pequeña pero significativa del 0,7% en el octavo grado. El uso de ectasy en los tres grados está por encima de los puntos bajos recientes del 33%, 85% y 77% respectivamente, lo cual sugiere un resurgimiento visto en años recientes refleja primordialmente el uso entre los adolescentes de más edad a esta altura. Este resurgimiento siguió a un período en el cual el riesgo percibido (definido como la proporción de adolescentes que ve un peligro grande para el usuario por el consumo de ectasy) disminuyó un poco en los tres grados al igual que la desaprobación de su uso.
“Bien puede ocurrir que haya un olvido generacional de los peligros del ectasy a medida que nuevos contingentes de niños entran en la adolescencia” comentó Jonson. “Dado que eran demasiado jóvenes cuando ocurrió la epidemia original de ectasy han tenido menos oportunidades de escuchar las advertencias acerca de los peligros de la droga que las que tuvieron sus predecesores”.
El uso de un buen número de drogas ilícitas se ha mantenido bastante estable según se detalla abajo, y un número más pequeño mostró disminuciones en el uso.
Disminuye el uso de drogas ilícitas
Las drogas que mostraron alguna señal de disminución del uso este año incluyen: inhalantes, cocaína en polvo, cocaína crack, la droga narcótica Vicodin, la droga estimulante Aderall, los sedantes, tranquilizantes y los medicamentos para la tos y el resfrío que se venden sin receta y pueden usarse para intoxicarse.
Inhalantes
Los inhalantes son gases o vapores que se inhalan, a veces de un trapo o una bolsa de papel, para intoxicarse. Muchos productos hogareños caen en esta categoría. Ha habido una disminución considerable en años recientes del riesgo percibido, asociado con el uso de inhalantes, entre los alumnos de octavo y décimo grado, seguido de una estabilización en los últimos uno o dos años. (A los alumnos de duodécimo grado no se le hacen estas preguntas). A pesar de esta inquietante disminución de la percepción del riesgo, no ha habido un resurgimiento en el uso; de hecho el uso ha disminuido este año en todos los grados, y significativamente en los grados octavo y décimo. La desaprobación del uso es alta y no ha disminuido en años recientes.
Cocaína en polvo. El uso de cocaína en polvo entre los alumnos de octavo grado ha estado disminuyendo desde 1996 y bajó levemente más este año. Entre los alumnos de décimo grado la disminución del uso de largo plazo comenzó después de 1999, y hubo una reducción adicional pequeña en 2011. Entre los alumnos del duodécimo grado la disminución no comenzó hasta después de 2006 y la tasa de uso se ha mantenido sin cambios en 2011. Los tres grados, sin embargo, se encuentran en sus niveles de uso más bajos desde esas cimas recientes, y la tasa anual de prevalencia ha bajado entre el 55% y el 61% desde entonces. Las tasas anuales de prevalencia del uso de cocaína en polvo en 2011 son del 1,1%, 1,7% y 2,6% en los tres grados, muy por debajo de las tasas de mediados de la década de 1980 o durante la resurgencia del uso a mediados de la década de 1990.
Crack. El uso de esta forma de cocaína ha estado disminuyendo por algunos años después de los niveles más altos recientes durante 1998 y 1999. En 2011 la tasa anual de prevalencia para los tres grados combinados bajó significativamente, en 0,2 punto porcentual, al 1% (p<.05). Las tasas anuales muy bajas de prevalencia son actualmente del 0,9% en los grados octavo y décimo y del 1% en el duodécimo, al tiempo que el duodécimo grado muestra una caída significativa de 0,4 punto porcentual este año (p<.05).
Vicodin. Vicodin es la droga narcótica de uso más amplio, en su mayor parte como analgésico. Después de un período de uso elevado, la tasa anual de prevalencia ha bajado ahora entre el 23%y el 30% comparado con las cimas recientes, y en 2011 se encuentra en el 2,1% para el octavo grado; el 5,9% para el décimo y el 8,1% para el duodécimo. En 2011 la tasa anual de prevalencia bajó en 0,6 punto porcentual en el octavo grado (no significativo), y 1,8 puntos porcentuales (p<.05) en el décimo grado, pero no hubo disminución adicional en el duodécimo grado. Es posible que las precauciones transmitidas por los medios acerca de los peligros de los medicamentos de receta, incluidos los esfuerzos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, empiecen a tener efecto. Si bien el estudio no mide la disponibilidad percibida del Vicodin específicamente, si mide la disponibilidad percibida de la clase más general de narcóticos aparte de la heroína, y esa clase ha mostrado una disminución sostenida en la disponibilidad percibida a lo largo de los años recientes.
Adderall. La anfetamina de uso más amplio es Adderall, un medicamento que receta comúnmente para el tratamiento del Trasrtorno de Hiperactividad por Déficit de la Atención. Para los tres grados combinados se vio una disminución significativa en la tasa anual de prevalencia del uso inapropiado del 4,5% al 4,1% en 2011 (p<.05). La prevalencia anual se mantuvo sin muchos cambios en el duodécimo grado, pero bajó en 0,6 punto porcentual en el octavo, y en 0,7 punto porcentual en el décimo (ambos no significativos). Solo se ha recolectado datos de tres años sobre el uso de esta droga, hasta el momento, pero parece probable que el uso de Adderall haya estado subiendo en años recientes a medida que disminuyó el uso de Ritalin. Ahora puede ser que también el uso inapropiado de Adderrall esté disminuyendo al menos en los grados octavo y décimo.
Sedantes (barbitúricos). El uso de sedantes subió de manera sostenida entre 1992 y 2005 y alcanzó su cima con una tasa anual de preagencia del 7,2% entre los alumnos de duodécimo grado. (El uso de esta clase de medicamentos no se analiza para los grados octavo y décimo). En 2010 hubo una caída de 0,4 punto porcentual y en 2011 otra de 0,5 punto porcentual en el uso inapropiado (ambos no significativos) lo cual trajo la tasa anual de prevalencia al 4,3%, esto es un 40% por debajo de la cima en 2005. Desde 2005 tanto la percepción de riesgo como la desaprobación de los sedantes han subido un poco, en tanto que la disponibilidad ha mostrado una disminución apreciable, lo cual continúa la disminución sustancial de largo plazo en la disponibilidad de esta clase de drogas.
Tranquilizantes. En 2011 hay indicios de una disminución de su uso en los grados más bajos, con una caída significativa de 0,7 punto porcentual al 2% (p<.01) entre los alumnos de octavo grado, y de 0,5 punto porcentual al 4,5% (no significativo) entre los alumnos del décimo grado. El uso al nivel del duodécimo grado se mantuvo estable en su punto más bajo en doce años, el 5,6%. Para los tres grados combinados la disminución de 0,5 punto porcentual fue significativa (p<.05). La disponibilidad percibida de los tranquilizantes siguió una disminución gradual que ha sido bastante sustancial desde que se realiza este estudio. (No hay preguntas acerca del riesgo percibido o la desaprobación).
Medicamentos para la tos y los resfríos. El uso inapropiado de medicamentos para la tos y el resfrío, que se venden sin receta, y se emplean para intoxicarse habitualmente involucra medicamentos que contienen el supresor de tos dextrometorfan. Los jóvenes ingieren grandes cantidades de tales medicamentos para intoxicarse, lo cual es una práctica peligrosa. Este uso inapropiado se midió por primera vez en 2006 y ha bajado desde entonces entre los alumnos de octavo y duodécimo grado, entre los cuales hubo disminuciones adicionales en 2011, del 0,5% (no significativo) y del 1,2% (p<.05) respectivamente. El uso entre los alumnos del décimo grado se ha mantenido bastante estable en el 5,5%, incluido en 2011. Las tasas anuales de prevalencia son ahora del 2,7% en octavo grado, 5,5% en el décimo grado, y 5,3% en el duodécimo.
El uso de drogas ilícitas se mantiene
Un buen número de drogas se mantuvieron sin cambios este año. Esto incluye el uso de cualquier droga ilícita aparte de la marihuana, los inhalantes, el ácido lisérgico (LSD), alucinógenos aparte del LSD, salvia, heroína usada con o sin aguja, narcóticos aparte de la heroína, OxiContin específicamente, anfetaminas, Ritalin específicamente, Rohypnol, GHB, Ketamine, anfentaminas, anftaminas en cristales, Provigil y los eseroides. También se mantuvo sin cambios el uso de cualquier medicamente bajo receta sin supervisón médica, pero este índice está disponible sólo paa alumnos del duodécimo grado.
Solo unas pocas drogas selectas se analizarán de manera más específica. Si bien no ha habido cambios este año la mayoría de estas drogas está muy por debajo de los recientes niveles máximos alcanzados en los últimos quince años. Dos excepciones son los medicamentos de receta y la salvia.
Cualquier droga ilícita aparte de la marihuana. Si bien la proporción de estudiantes que usa cualquier droga ilícita ha subido en los grados más altos este año, debido principalmente al aumento en el uso de la marihuana, la proporción de estudiantes que usan cualquier otra droga ilícita se mantuvo sin mayores cambios y quizá haya disminuido levemente en los grados inferiores (no significativo). Las tasas anuales de prevalencia en esta medida en 2011 son del 6%, el 11% y el 18% para los tres grados. Estas tasas alcanzaron sus niveles máximos en 2001 y ahora han bajado en casi el 40% para los alumnos de octavo y décimo grado, y alrededor del 20% para los del duodécimo.
Narcóticos aparte de la heroína. Esta importante clase de sustancias se compone principalmente de medicamentos analgésicos que requieren receta, incluido OxiContin y Vicodin, aunque también contiene algunos medicamentos para la tos que incluyen la codeína. En 2011 no hubo cambios. La disponibilidad percibida de estos compuestos ha estado bajando por algunos años y mostró una disminución en los tres grados en 2011, siendo significativas las disminuciones en el octavo y décimo grados.
Uso de cualquier medicamento bajo receta pero sin supervisión médica, El uso no médico de medicamentos psicoterapéuticos de receta subió durante mediados de los años 1990 junto con el uso de casi todas las drogas ilegales, pero mientras que las drogas ilegales alcanzaron su cima en los años 1990 y luego empezaron a disminuir, el uso inapropiado de la mayoría de los medicamentos de receta siguió aumentando en los años 2000. Esto ha tenido el efecto de hacerlas una parte más importante del problema de uso de drogas en el país. Afortunadamente, el uso inapropiado de la mayoría de estos medicamentos por parte de los adolescentes se ha estancado en los últimos años, y estos medicamentos y sus peligros han recibido mucha más atención pública.
La proporción de alumnos de duodécimo grado que hincan que han usado cualquier medicamento de receta sin supervisión médica en algún momento de su vida, o en el año previo, se ha mantenido bastante estable desde 2007. (Esta medida señala cualquier uso de anfetaminas, tranquilizantes, sedantes o cualquier compuesto narcótico aparte de la heroína), En 2011 el 22% de los adolescentes indicó tal uso inapropiado de por lo menos un medicamento de receta en algún momento de su vida, y el 15% indicó tal uso inapropiado en el año previo. (Los números correspondientes en 2007 fueron el 22% y el 16%).
La procedencia de tales drogas es, principalmente, mediante la red informal de amistades y, en menor medida, familiares. En el período 209 a 2011, entre los usuarios de anfetaminas en el año previo la procedencia más prevalerte fueron “los amigos” (el 57%), “comprados a un amigo” (46%) y “comprados de un traficante de drogas o un extraño” (22%). Entre los usuarios de tranquilizantes en el año previo, las mismas tres procedencias estuvieron al tope de la lista con 58%, 46% y 27%. Entre los usuarios de narcóticos aparte de la heroína en el año previo, estas tres procedencias fueron señaladas por el 53%, el 35% y el 16% en tanto que la droga obtenida de “una receta que yo tenía” empató en el segundo lugar con el 35%. De esta forma parece que para los narcóticos aparte de la heroína en particular, la obtención de remanentes de píldoras de una receta anterior es una fuente significativa del uso sin supervisión médica. La Dirección de Control de Drogas y Alimentos (FDA por su sigla en inglés), con la ayuda de muchas agencias policiales locales y estatales ha patrocinado este año un programa de “devolución” que alienta y ayuda a que los ciudadanos se deshagan de los remanentes de medicamentos.
“Si bien el uso inapropiado de medicamentos de receta sigue siendo una parte importante en este panorama”, dijo Jonson, “al menos su uso no parece estar aumentando entre los adolescentes, y en algunos casos está disminuyendo”.
Salvia. Salvia divinorum se deriva de una planta que crece en las montañas de México. Es una hierba en la familia de la menta que puede inducir efectos disociativos de acción relativamente breves cuando se mastica, se fuma o se usa como tintura. La Administración de Control de Drogas (DEA por su sigla en inglés) la ha designado como “una droga de preocupación”, pero hasta el momento no está en la lista para el control bajo la Ley federal de Sustancias Controladas. Sin embargo numerosos Estados han restringido su venta y uso, y otros consideran hacerlo. El uso de salvia se midió por primera vez entre los alumnos de duodécimo grado en 2009, y entre los de octavo y décimo grados en 2010. Las tasas anuales de prevalencia fueron del 1,6% en octavo grado; 3,9% en décimo grado, y 5,9% en el duodécimo grado. Estas tasas son muy aproximadas a las que se observaron en 2010, sin cambios significativos, lo cual indica que el uso de esta droga no está expandiéndose entre los adolescentes.
Uso de alcohol
En general ha habido una disminución de largo plazo en el uso de alcohol por parte de los adolescentes que se remonta a los años 1980 (Figura 15). Entre comienzos y mediados de la década de 1990 hubo una pausa en esta disminución cuando el uso de alcohol subió por varios años junto con el uso de cigarrillos y muchas de las drogas ilegales. Sin embargo, una disminución sostenida adicional comenzó en la última mitad de la década de 1990, similar a los cambios en el uso de cigarrillos y numerosas drogas ilegales. Esta disminución gradual en el uso de alcohol continuó en 2011 cuando todos lo grados mostraron una reducción adicional en todas las medidas del uso de alcohol –en algún momento de la vida, anual, 30 días, diario y cinco más tragos en una o más ocasiones durante las dos semanas previas. Para los tres grados combinados las disminuciones interanuales en 2011 fueron estadísticamente significativas en todas estas mediciones.
Todas estas estadísticas están en sus niveles históricamente bajos desde que se realiza el estudio (a partir de 1975 para los alumnos de duodécimo grado, y desde 1991 entre los de octavo y décimo grados). Por ejemplo, a lo largo de los últimos veinte años, desde 1991 a 2011, la proporción de alumnos de octavo grado que da cuenta de cualquier consumo de alcohol en los treinta días previos ha bajado en casi la mitad (del 25% al 13%), entre los alumnos de décimo grado en más de un tercio (del 43% al 27%), y entre los de duodécimo grado en casi una cuarta parte (del 54% al 40%).
“Estos cambios son sustanciales en un comportamiento de larga data en nuestra cultura”, dijo Johnston, “y creemos que a ello han contribuido numerosos factores”. En los años 1980 numerosos Estados elevaron la edad mínima para beber alcohol a 21 años, lo cual según estos investigadores ha demostrado que reduce el consumo de alcohol. Pero aún en los Estados que ya tenían una ley de edad mínima de 21 años, hubo alguna disminución en el consumo, probablemente debida a las campañas para reducir la conducción de vehículos bajo la influencia de alcohol, y más tarde para promover el uso de conductores suplentes. Los peligros percibidos, asociados con los episodios de consumo intenso de alcohol, crecieron en los años 1980 al igual que lo hizo la desaprobación personal de los estudiantes acerca de tales consumos. Ambas medidas subieron en los años 2000 pero más lentamente.
Otro factor que probablemente ha contribuido es la restricción de la disponibilidad particularmente para los adolescentes más jóvenes. La proporción de alumnos de octavo y décimo grado que dicen que podrían conseguir alcohol “con bastante facilidad” o “muy fácilmente” ha estado disminuyendo desde 1996 y siguió bajando en los tres grados en 2011. Otros varios factores de importancia probable incluyen el advenimiento de las leyes de tolerancia cero para conductores menores de 21 años, los impuestos más altos sobre la cerveza, y las restricciones de la promoción de bebidas para los jóvenes.
Ocasiones de consumo intenso de alcohol. La proporción de estudiantes que da cuenta de haber consumido cinco o más tragos consecutivos al menos una vez en las dos semanas previas a la encuesta también bajó para los tres grados en 2011. “Dado que éste es el tipo de comportamiento en el consumo de bebidas que tiene más probabilidades de acarrear consecuencias adversas tanto para los adolescentes como para quienes están alrededor de ellos, éste es un comportamiento que observamos muy de cerca”, dijo Jonson. Para los tres grados combinados la disminución interanual (baja de 1,3 puntos porcentuales) fue altamente significativa (p<.01); esta estadística ha disminuido en casi un tercio desde 1991 del 20% al 13,6%. La disminución ha sido aún mayor para los adolescentes más jóvenes durante este período, con una caída del 41% para los alumnos de octavo grado comparad con una del 28% para los del duodécimo. Sin embargo los alumnos del duodécimo grado mostraron una disminución considerable antes de 1991. En términos generales la prevalencia informada de este comportamiento ha bajado del 41% en 1981 al 22% en 2011 lo cual refleja una reducción de casi la mitad en los últimos treinta años (Figura 16). El consumo de todas las categorías de bebidas alcohólicas y de licores –cerveza, vino, refrescos con vino, bebidas alcohólicas con sabores, y licores destilados—ha estado disminuyendo, y los licores destilados muestran la menor disminución. (Sólo se pregunto sobre el vino, refrescos con vino, y licores destilados a los alumnos de duodécimo grado).
Bebidas de energía
Las bebidas de energía (tales como Red Bull, Monster, y Reload) se venden legalmente y se publicitan como promotoras de energía. Esas bebidas contienen estimulantes, habitualmente cafeína y, a veces, otros estimulantes, además de azúcar. En 2011 en respuesta a la pregunta “¿Cuántas (bebidas de energía) tomas por día, en promedio?” las proporciones que indicaron algún consumo reciente fueron del 355 para los alumnos de octavo grado, y del 29% para los de décimo y duodécimo grado. El uso de una o más bebidas por día fue del 18% entre los alumnos de octavo grado, del 11% entre los de décimo grado y del 10% para los de duodécimo. Estas tasas han bajado un poco desde 2010 para los tres grados, de manera que aparentemente su consumo no sigue creciendo.
Uso de esteroides
La prevalencia anual del uso de esteroides anabólicos ha bajado entre el 50% y el 60% en los tres grados desde sus niveles máximos recientes a comienzos de los años 2000. Ha habido poro cambio sistemático en el uso desde 2008. En 2011 las proporciones que dan cuenta de algún uso de esteroides anabólicos en el año reciente fueron sólo del 0,7% en octavo grado, 0,9% en el décimo y el 1,2% en el duodécimo. Entre los varones, que generalmente han tenido un uso más alto que las niñas, las tasas en 2011 fueron del 1% para el octavo grado, el 1,4% para el décimo y el 1,8% para el duodécimo.
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