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Juan Ochoa
Un estudio de la Universidad de Michigan indica que la información médica en español sobre el tratamiento de la depresión a menudo usa términos confusos, lo que podría reducir la comprensión y seguimiento del tratamiento en pacientes latinos.
La investigación, publicada en la revista “Health Education Research”, evaluó la comprensión y utilidad de materiales educativos sobre la depresión y antidepresivos. Se centró en folletos y datos sobre la sertralina, estudiado en 30 adultos latinos que prefieren el español.
Se analizaron secciones de folletos para pacientes y se midió la percepción de la información en estos adultos latinos/as, usando como ejemplo el medicamento sertralina.
Mientras que la mayoría de los participantes dijo que la información en general parecía útil y aplicable, más de la mitad informó que al menos una sección contenía palabras o frases que les resultaban confusas o desconocidas. Términos específicos que causaron confusión después de haber sido traducidos incluyen “sustancias químicas”, “choques eléctricos” y “formulación”.
Más preocupante aún, algunos participantes indicaron que malinterpretaron ciertas frases como afirmaciones de estereotipos negativos sobre la enfermedad mental y el uso de antidepresivos, lo opuesto al significado pretendido.
“El 10% de los participantes malinterpretó algunas frases, pensando que reforzaban el estigma en lugar de reducirlo para una población que ya podría sentirse estigmatizada debido a su etnia o idioma preferido”, dijo la autora principal del estudio, Beatriz Manzor-Mitrzyk, profesora asistente en el Colegio de Farmacia de la U-M.
Una sección decía: “La depresión es una enfermedad médica causada por cambios en las sustancias químicas naturales de tu cerebro. No es un defecto de carácter, y no significa que seas una mala persona o débil. Tampoco significa que estés perdiendo la razón.”
“Lo que no me gustó mucho es lo que dice sobre que es una persona que es mala o débil… o que una persona se está volviendo loca,” dijo uno de los participantes entrevistados para el estudio.
Otro participante recomendó revisar completamente ese lenguaje, diciendo: “Aclararía más explícitamente que no es debilidad; no es falta de voluntad, no es falta de carácter”.
El estudio señala otros ejemplos donde los participantes encontraron la redacción confusa o solicitaron que se incluyera contexto adicional.
Basándose en sus hallazgos, los investigadores solicitan revisiones de estos materiales escritos que se proporcionan comúnmente para mejorar la comprensión, la utilidad y eliminar el lenguaje estigmatizante para aquellos con preferencia por idiomas distintos al inglés.
“La seriedad de los problemas identificados basados en la alfabetización sanitaria organizacional en este y estudios anteriores requiere que los gobiernos y las organizaciones de servicios de salud realicen las revisiones necesarias y oportunas para abordarlos”, afirmó Manzor-Mitrzyk.
“Hacemos un llamado enérgico a los profesionales de la salud para que utilicen técnicas recomendadas de educación para el paciente usando las guías que evalúan la comprensión de materiales educativos. Brindan la oportunidad para aclaraciones, por ejemplo como un método de confirmación pueden pedir a los pacientes que compartan lo que harán con la información proporcionada cuando lleguen a casa.”